Con la bajada de temperaturas se hace más común la presentación de resfriados y catarros. Son infecciones virales de afectación de vías respiratorias altas, y todos conocemos cómo los síntomas se hacen presentes en nosotros: aumento de moco, estornudos, tos, dolor de cabeza y aumento de la temperatura corporal.
Los resfriados y los catarros son molestos, nos hacen perder parte de nuestra vitalidad diaria debido al malestar que nos generan y que es debido a distintos virus que entran en nuestro organismo, provocando una respuesta de nuestro sistema de defensas, que una vez activado tiene como resultado la formación de anticuerpos que intentan combatir a los virus para bloquearlos. Toda esta respuesta aporta una serie de signos de manifestación clínica que se desencadenan, entre ellos la elevación de la temperatura corporal, al aumentarse el nivel de nuestro metabolismo.
La elevación de la temperatura por encima del rango normal (37 ºC), y hasta la aparición de la fiebre (por encima de 38 ºC), es un indicador del buen funcionamiento normal fisiológico de nuestros sistemas inmunológicos. Por tanto, por norma general, no debe preocuparnos que la fiebre sea mantenida a lo largo de los días, a no ser que existan otros signos de gravedad que pueden indicar datos de sobreinfección, como pueden ser: el dolor de garganta acompañado de fiebres altas, la persistencia de tos y fiebre durante varios días sin ceder a pesar de antitérmicos, o el dolor intenso de oídos asociado con la fiebre y con dolor de cabeza. En algunos de estos casos puede ser necesario el inicio de un tratamiento más específico.
Por una parte, conviene consultar con el médico en caso de duda, especialmente si aparece fiebre acompañada por algún signo de alarma, o si a pesar de haber consultado ya con el médico la fiebre persiste durante varios días más. En dichos casos puede ser conveniente pasar una revisión para confirmar que todo sigue bajo control.
Por otra parte, conviene diferenciar entre el catarro (infección respiratoria de vías altas) y la gripe (síndrome viral generalizado). En el caso de la gripe, la fiebre puede ser elevada y persistir durante una semana, y los síntomas son generalizados: fiebre y dolores musculares son los signos más característicos, sin presentar un claro foco sintomático del origen de la fiebre.
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero
Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria
Máster Medicina de Urgencias y Emergencias
Experto Universitario en Nutrición y Dietética