El tabaco afecta principalmente al sistema respiratorio y al aparato cardiovascular, dificulta la oxigenación de los tejidos y provoca una reacción inflamatoria en los bronquios (bronquitis), un efecto que mantenido en el tiempo suele traer consigo una enfermedad respiratoria broncopulmonar crónica obstructiva. Esto significa que el efecto del tabaco, a largo plazo, tiende a estrechar el calibre de los bronquios dificultando el paso del aire a su través, lo cual suele requerir para estos enfermos del uso diario de inhaladores que faciliten la apertura de las vías aéreas para poder respirar con cierta facilidad.
Este tipo de personas son más propensas a empeorar de su fatiga en un corto espacio de tiempo, especialmente cuando llegan los cambios de temporada o también relacionado con tareas que requieren algún tipo de esfuerzo físico; tienen más dificultad para expulsar el moco, porque el tabaco dificulta la movilización de las secreciones; y también repercute negativamente en el sistema de inmunidad del organismo. Por ese motivo, también tienen más probabilidades de ingresar en el hospital más veces seguidas en el mismo año, principalmente cuando se asocia a un proceso infeccioso (por agudización de su enfermedad pulmonar crónica, es decir, agravamiento de su función pulmonar disminuida).
El tabaquismo también es un importante factor de riesgo tumoral, fundamentalmente implicado y relacionado con el cáncer de pulmón, laringe, aparato digestivo y urinario. Actualmente se considera que existe un grave riesgo de desarrollo de cáncer en todas aquellas personas que fuman a diario.
Conocido por su asociación con el cáncer de pulmón y otros aparatos, el tabaco también tiene una importante correlación como factor de riesgo cardiovascular, está demostrado que predispone a la arteriosclerosis (la formación de placas de ateroma a partir del colesterol, en los vasos sanguíneos), que obstruye las arterias coronarias del corazón y resto del cuerpo, favorece la aparición de todo tipo de eventos cardiovasculares: infarto de miocardio, angina de pecho, accidentes cerebrovasculares, ictus.
El contacto directo del cigarro con la mucosa oral provoca otros efectos nocivos como la periodontitis y la gingivitis, también puede asociar otros tipos de cáncer de lengua; y conlleva habitualmente el desarrollo de úlceras gástricas (en estómago) que origina síntomas de reflujo gastroesofágico, aumentando las molestias abdominales tras las comidas.
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero
Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria
Máster Medicina de Urgencias y Emergencias
Experto Universitario en Nutrición y Dietética