La propia vida ya es incertidumbre, por eso necesitamos ciertos puntos que nos den la sensación de estabilidad (aunque sea una pura ilusión), y es que estamos hechos para encontrar la adaptación al medio y eliminar la incertidumbre. Pero cuando ésta está presente, ¿qué podemos hacer? Aquí te propongo algunas pautas para que, aunque sigas sintiendo miedo al cambio, puedas seguir avanzando y no quedarte en la parálisis.
— Puede que el primer punto que te paralice sea el no saber qué hacer en esta situación. De hecho, muchas personas se quedan precisamente estancadas en este análisis, ya que siempre les falta información (o eso creen). Proponte una acción que llevar a cabo y que te saque de la parálisis, ¡ya!
— Escucha a tu instinto. Muchas veces es quien tiene toda la información, lo que pasa es que con la lógica le queremos dar “madurez” a la decisión: ¿pero cómo voy a resolver algo tan complicado con algo tan tonto? Pues sí: muchas veces lo que vemos como “más tonto” es la mejor opción.
— Como dice Joaquín Argente, la perfección no existe, y además es oprimente agobiarse por conseguirla cuando ni tan siquiera existe (tu perfección no tiene por qué ser la del otro, ni mucho menos). Es solo malgastar tiempo, energía, motivación y autoestima.
— Actúa, actúa y actúa. Si ya lo dijo Kant, “La inteligencia de un individuo se mide por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar”, seamos inteligentes y tirémonos a la piscina. Perderás la rigidez y conocerás el terreno; a partir de ahí ya es adaptarse.
Ahora te toca a ti: ¿cuál podría ser tu grito de guerra, mantra o frase para avanzar? ¡Súbele el volumen!
Directora de Remodelatuvida
Socióloga coach personal y profesional
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