RAÚL GONZÁLEZ MARTÍN
Lejos del ruido de la muchedumbre,
de la innecesaria guerra de sexos,
de la ridiculez de la comparación.
Lejos de actuar con venganza,
de hacer de la rabia una filosofía,
de asestar puñaladas traicioneras.
Lejos de los bares de la ignorancia,
de lo aburrido de una charla banal,
del canto amargo de los derrotados.
Lejos de donde habita el pesimismo,
de poner a las personas etiquetas,
de justificar lo que ya no pudo ser.
Lejos de buscar lo que no existe,
de caminar por caminos sin salida,
de diseñar la vida con desesperación.
Lejos de hablar por quienes callan,
de poner un límite a la serenidad,
de construir barreras infranqueables.
Lejos de los rumores a destiempo,
de la jocosa risa de lo cuestionable,
de la abusiva factura del desprecio.
Lejos, tan lejos de todo y todos.



