Es una enfermedad causada por un virus originario del mono (transmitido por animales a personas), procedente de los países de centro y occidente de África, que provoca fiebre, fatiga, dolores musculares y reacción cutánea que se extiende por distintas áreas del cuerpo. El primer caso descrito data del año 1970, y posteriormente se han descrito casos asociados mayormente a viajantes internacionales entre países. A partir del año 2022 surge el nuevo brote que se extiende por diferentes regiones del mundo con mayor incidencia que la conocida anteriormente.
El contagio de este virus se produce principalmente por el contacto piel con piel, puede ser a través de objetos contaminados (ropas, toallas, vasos) y superficies que han estado en contacto directo con una persona infectada y que ha tenido contacto con alguna zona de piel afectada con lesiones cutáneas que desprenden los virus. Es muy importante tener en cuenta que la principal vía de contagio es a través del contacto, por este motivo el virus se puede transmitir a través de relaciones íntimas y sexuales (besos, abrazos, contacto con regiones genitales), también el contacto estrecho muy mantenido puede ser facilitador del contagio, y por secreciones respiratorias.
La forma de presentación más característica se hace presente por la aparición de lesiones en la piel. La persona contagiada puede transmitir el virus desde el momento que aparecen las lesiones hasta que se cura por completo y desaparecen; en todo ese periodo de tiempo puede haber transmisión por contacto directo, y la enfermedad dura entre 2-4 semanas en total. Como norma general, entre el momento del contacto con el virus y la aparición de síntomas hay un periodo de 3 semanas, en ocasiones comienza con un episodio de fiebre seguido de aparición de lesiones cutáneas en un periodo de 1-4 días. Los casos graves de la enfermedad se dan en personas con estado de salud comprometido, enfermos crónicos e inmunodeprimidos. También en algunos casos se puede producir una infección bacteriana en piel y pulmones.
¿Cuándo consultar con el médico? Cuando en la piel aparecen lesiones en forma de agregados como granitos sobreelevados y forma de vesículas que pueden expulsar algún contenido líquido. Además suele asociar adenopatías, es decir, inflamación de ganglios linfáticos en la región vecina donde aparece la reacción cutánea. Si aparecen algunos de estos síntomas y surgen calambres musculares, cansancio y/o fiebre, son los motivos para consultar con un médico la necesidad de otros estudios diagnósticos. La mejor forma de prevenirlo es mediante la higiene: el lavado de manos, y evitar contacto estrecho con personas, especialmente si se observa alguna lesión sospechosa.
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero, Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria,
Máster Medicina de Urgencias y Emergencias, Experto Universitario en Nutrición y Dietética