La osteoporosis es una enfermedad que afecta a la densidad mineral ósea. Ello significa que estas personas tienen unos huesos formados por un tejido de masa ósea de peor calidad: es más frágil para caídas y fracturas en los huesos que en otras circunstancias no deberían fracturarse. Por ejemplo, los huesos pueden romperse con más facilidad en caídas con bajo impacto.
Factores predisponentes
Las personas que lo padecen suelen ser de edad más avanzada, y es más frecuente en mujeres. Puede influir en su desarrollo la mala alimentación, el tabaco, el escaso ejercicio físico y la administración de algunos medicamentos que pueden acelerar el proceso. También en la mujer, la menopausia es uno de los factores que más interviene en su desarrollo, porque al desaparecer la función ovárica es un factor hormonal que provoca un aumento de la resorción ósea, es decir, del deterioro del tejido de los huesos. También tiene asociado un componente genético y hereditario.
¿Qué síntomas produce?
La osteoporosis no causa síntomas normalmente. No duele, a diferencia de la artrosis, que consiste en un desgaste de las articulaciones y provoca dolor por la fricción de cavidades articulares donde desaparece el cartílago. En el caso de la osteoporosis, no hay síntomas evidentes que nos sugieran la enfermedad, pero puede saltar la alarma cuando una persona mayor tiene varias fracturas de huesos que se repiten: las más comunes son causadas en la cadera, la muñeca y las vértebras. Las fracturas vertebrales también pueden pasar desapercibidas.
¿Cómo detectarla?
Para detectar la osteoporosis hace falta una buena sospecha clínica por reunir varios factores de riesgo (tabaco, sedentarismo, fracturas repetidas); su médico se orientará a descartar otros motivos (falta de adecuada nutrición, anemia), y en algunos casos puede ser indicada la prueba de la densitometría, un estudio radiológico que mide la densidad del hueso en algunas partes del cuerpo. El estudio determinará la necesidad de iniciar un tratamiento específico cuando sea conveniente y los niveles de densidad estén en rango de patología.
Prevención
Es conveniente tomar alimentos ricos en calcio (lácteos, leche, queso; legumbres, alubias, frutos secos). Una actividad saludable será salir a diario a caminar mientras toma los rayos del sol: esto favorecerá el metabolismo y producción de la vitamina D, que es necesaria para la absorción correcta del calcio y nutrición de nuestros huesos.