El virus de la gripe A, también conocido como influenza H1N1, es muy contagioso y puede propagarse durante todo el año, aunque en invierno es más común su extensión debido a las condiciones meteorológicas y porque permanecemos más tiempo en espacios cerrados, donde es más habitual relacionarnos en distancias cortas. En general, como forma de presentación es muy parecido a una gripe común, y afecta tanto a hombres como mujeres en muy parecida distribución. Estaremos más atentos a personas de edad avanzada, enfermos crónicos, diabéticos y mujeres embarazadas, porque son los grupos donde puede conllevar más riesgos y donde se recomienda tomar más precauciones para evitar el contagio.
En temporadas de invierno se hace más frecuente la presencia de todo tipo de virus. En concreto la gripe A se manifiesta por síntomas respiratorios y también en la práctica clínica se puede presentar por debilidad, malestar general, dolores articulares y síntomas digestivos como pueden ser diarrea y vómitos en algunos tipos de personas. A menudo, los síntomas pueden pasar desapercibidos, pero nos pondremos alerta al detectar que los síntomas se acompañan de fiebre, sobre todo si sube por encima de 39 ºC y si hay otros signos de gravedad como puede ser la dificultad respiratoria, pues el virus de la gripe afecta a nuestro sistema de defensas y en algunos casos una simple infección respiratoria puede llevar a desarrollar una neumonía.
Por regla general, para el tratamiento de la gripe se recomienda beber buena cantidad de líquidos para no deshidratarnos, y pueden ser necesarios medicamentos antitérmicos para bajar la temperatura (paracetamol, ibuprofeno) mientras no haya otras contraindicaciones o alergias. También puede ser adecuado tomar bebidas calientes y quedarse en casa, evitando las temperaturas más frías que resecan nuestras vías respiratorias y pueden empeorar la situación en enfermos con bronquitis. En ocasiones, cuando la temperatura no se regula bien y no cede la fiebre, es necesario consultar con el médico para una evaluación más completa y evitar que la enfermedad se desarrolle hacia complicaciones, que son más frecuentes en personas frágiles o enfermos. Tan solo en algunos de estos casos sería necesario la toma de antibióticos y es indicado que sean prescritos bajo supervisión médica, porque en caso contrario puede que éstos no sean efectivos.
Conviene tomar las medidas adecuadas para evitar el contagio y propagación de las distintas formas de gripe y COVID. Para ello se aconseja lavarse bien las manos cuando llegamos a casa o después de haber estado en contacto con otras personas, que pueden haber pasado la gripe y no haber presentado síntomas.
DR. ÁNGEL LUIS LAGUNA CARRERO
Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria
Máster Medicina de Urgencias y Emergencias
Experto universitario en Nutrición y Dietética