Luz, climas cálidos y bastante riego son las claves para que nuestras begonias crezcan fuertes y vigorosas, dando lugar a flores brillantes de multitud de colores. En los viveros podemos encontrar begonias de interior y begonias de exterior, predominando las primeras.
Las begonias son originarias de zonas con climas tropicales o subtropicales, por lo que el principal cuidado tendrá que ver con mantener la planta en una zona de la casa con un clima templado, nunca inferior a los 15 grados.
Es importante también mantener un cierto grado de humedad sin dejar que el agua quede entre sus hojas, pues terminarían pudriéndola. Por eso, lo ideal es regarlas directamente a la tierra, de forma abundante, pero sin encharcarla y evitando que el agua se quede en la superficie. Para ello, dispondremos la begonia en una maceta con un buen sistema de drenaje. Un truco para mantenerlas húmedas es situar la maceta en un plato con guijarros y echar agua directamente al plato. Deberemos dejar que la tierra se seque entre riego y riego para que la planta no se nos pudra.
El sustrato o tierra debe ser rico en nutrientes y poco ácido, y la maceta del mismo tamaño que la planta, ya que si la ponemos en una maceta demasiado grande lo que provocaremos es que la tierra se empape demasiado, “ahogando” las raíces.
En cuanto a los fertilizantes, es aconsejable usarlos una vez al mes durante los meses de febrero a septiembre, y con menor frecuencia durante los meses de otoño e invierno, durante los cuales la planta estará en estado de reposo y crecerá menos.
Sobre las enfermedades que afectan a este tipo de planta, os podemos contar que lo más común es que presenten hojas marrones, redondeadas y húmedas, y que los tallos ennegrezcan y se pudran. Si les ocurre lo primero, la enfermedad la provoca una bacteria, y lo aconsejable es sustituir el riego por aspersión y cortar las hojas afectadas. Si por el contrario nuestra begonia sufre de tallos negros que se pudren, la planta tiene un hongo llamado pythium, y hay que arrancar y destruir las plantas afectadas. Además, debemos tirar el sustrato, porque el hongo vive en la tierra.