El principal choque entre la Comunidad y Sanidad es la situación de los centros de salud. Médicos de atención primaria reclaman más medios para detectar y rastrear contactos.
Madrid todavía tiene que “consolidar” un sistema que le permita detectar nuevos casos de covid-19 y rastrear contactos en busca de contagios. Ese es uno de los argumentos que da el Ministerio de Sanidad para rechazar su paso a la fase uno, postura que va más allá de las camas disponibles en UCI o el número de hospitalizaciones para centrarse en una de las áreas que más ha sufrido el coronavirus: la atención primaria. Conforme la curva se aplana, las miradas pasan de los hospitales a los centros de salud, y los sanitarios que trabajan allí piden reforzar los equipos para afrontar la labor de rastreo. “Nosotros somos la punta de lanza“, resume Ignacio Sevilla, vocal de atención primaria del Colegio de Médicos de Madrid y doctor en el centro de salud Los Alpes.
La misión de atención primaria ante la desescalada pasa por detectar cualquier nuevo brote de coronavirus: “La labor de rastreo va a significar que a todo paciente que venga con síntomas respiratorios y sea sospechoso de covid se le hará una PCR en el momento”, explica Sevilla. “Si da positivo, se iniciará entonces el estudio de contactos para poder aislarlos y ver si están infectados: desde atención primaria haremos los contactos familiares y desde Salud Pública, los contactos laborales o de otras características”. A falta de pulir los protocolos, el objetivo está claro, pero la capacidad de llevarlo a cabo no tanto: “Estamos maltratados desde hace años. Nos faltan profesionales y tenemos una carga de trabajo cada vez mayor”, crítica el vocal.
De los médicos de atención primaria con los que ha hablado El Confidencial, Sevilla es el más cauto a la hora de valorar el rastreo de nuevos casos. El resto, que también trabaja en centros de salud madrileños, se muestra preocupado:
– Carolina Pérez de la Campa, médico de atención primaria en el centro de salud Rosa Luxemburgo y delegada de prevención de riesgos laborales del sindicato Amyts: “Es un absoluto desastre lo que nos han proporcionado para hacer rastreo poblacional. Estamos indignados. Nos ha llegado poca cantidad de PCR a cada centro y los test rápidos que nos han facilitado no son prácticos: no distinguen entre anticuerpos y, por tanto, no nos dan información válida. A los profesionales tampoco nos están haciendo los test más fiables, sino unos con una sensibilidad muy baja. Es un desastre absoluto“.
– Alfonso López, médico de familia en el centro de Salud Benita de Ávila: “¿Atención primaria va a ser ahora fundamental? No, perdona, estamos un poco hasta los cojones de esto. Atención primaria ha sido fundamental desde el primer día, que ahí está Ifema. Lo del rastreo es un papel que nos han clavado y a ver cómo lo hacemos, porque no tenemos personal desde antes de esta crisis y ahora los que han enfermado son la leche. ¿Quién va a hacer todas esas PCR? Como esto siga así, dentro de nada vamos a tener hasta colas en los centros de salud para hacer la prueba. El futuro es devastador“.
– Eduardo Díaz, médico de familia en el centro de salud Mendiguchia Carriche y secretario del sector de atención primaria del sindicato AMYTS: “Ahora que se abre el mundo en la desescalada, va a haber contactos más allá de tu propia vivienda y eso para atención primaria es inasumible. En televisión se dice que se está reforzando la atención primaria, pero en mi centro de salud somos los mismos que antes de la pandemia. No nos han reforzado con nada. Tenemos el mismo trabajo y nos echan encima todo esto de detectar casos precoces, entonces hasta este momento eso no supone una carga demasiada elevada, pero si hay un repunte, será muy conflictivo aguantarlo”.
– Paula Chao Escuer, doctora de atención primaria en el centro de salud de Griñón y vocal de los médicos rurales en el Colegio de Médicos de Madrid: “Esto viene a sobrecargar un sistema que ya de por sí está saturado. No ha aumentado el número de médicos y estamos asumiendo cada vez más competencias, y ahora llega otra que va a suponer una carga de trabajo increíble cuando los pacientes empiezan a volver a las consultas por sus patologías de siempre. Ha habido unas semanas que hemos estado centrados en el covid y se ha pospuesto esa atención a los pacientes habituales, y todo ese trabajo se nos va a juntar no solo con la detección de casos nuevos, sino con el rastreo”.
– Vicente Baos, médico de familia en el centro de salud Collado Villalba (Pueblo): “En atención primaria lo que necesitamos es saber bien lo que tenemos que hacer y el protocolo cambia cada semana. Yo tengo que hacer el cuidado clínico, tengo que identificar pacientes, tengo que evaluar su riesgo, tengo que decidir… Evidentemente, no podemos hacer más. Vamos a poner las cosas en su sitio, ver la dimensión del problema, ver los recursos y actuemos en consecuencia. Dejémonos ya de héroes y grandes palabras, que ahora decimos que la atención primaria es lo mejor del mundo cuando antes era una mierda”.
Al hablar del rastreo de contagios, todos subrayan la falta de personal y, aunque la Comunidad de Madrid ha anunciado nuevas contrataciones, la respuesta se repite una y otra vez: por el momento, a sus centros no ha llegado nadie. Esta situación se ve agravada por la crisis del coronavirus, que ha afectado especialmente a los centros de salud: de los 3.620 trabajadores de la atención primaria madrileña que al 10 de mayo habían sido sometidos a la prueba del coronavirus, 1.668 habían dado positivo. Entre ellos se encuentran Baos, Chao o Pérez de la Campa, que estuvieron ingresados por la enfermedad y apuntan a la poca fiabilidad de las pruebas que se han realizado a los sanitarios. “No sabemos si los datos son reales. Yo mismo he tenido un positivo que probablemente sea falso porque el PCR después dio negativo”, reconoce Sevilla.
Según destacan, la desinformación sobre cómo funciona el rastreo tampoco ayuda. “La gente no está entendiendo nada. Todo el mundo que cree que lo ha pasado ahora quiere la prueba. Eso no puede ser y hay que explicarlo”, critica Baos. “No hacemos test a todo aquel que venga con un síntoma. Solo vamos a hacer test PCR a aquellos que sospechemos, pero el que tiene que sospechar es el profesional, no el paciente“, explica el vocal del Colegio de Médicos de Madrid. Ese goteo de gente que pide pruebas complica su labor, y más cuando el número de PCR y material de protección es limitado: “Solo tenemos EPI para ver a los pacientes en las salas de respiratorio y en otros centros los están teniendo que reciclar”, asegura Pérez de la Campa.
La postura del consejero choca con la del ministerio de Sanidad, que a la hora de justificar este viernes que Madrid no pasase a fase uno, puso el foco en la atención primaria: “Se ha puesto en marcha un procedimiento que comienza a ser eficaz en la detección precoz de covid-19 basado en la toma de muestras en 306 centros de atención primaria, que conviene observar en los próximos días y ver cómo se adapta”, explicaba en su informe. “Al momento de realizar este análisis se aporta información sobre los dos días que lleva implementado el procedimiento, que, si bien indica esfuerzo, debe consolidarse en un ámbito territorial complejo en movilidad“.
La atención primaria ha terminado por saltar así al terreno político, batalla ante la que los sanitarios piden a las autoridades que dejen atrás los intereses partidistas para facilitar los recursos necesarios. “Nos faltan profesionales y tenemos una carga de trabajo cada vez mayor. No hay que entrar en las peleas del Gobierno o las comunidades, que lo desvirtúa todo con unos echándose la culpa a otros. Es mucho más bonito hacerse una foto en un hospital nuevo que en un centro de salud nuevo, o comprar una máquina que contratar un médico de familia, pero si consideramos que la atención primaria es el eje del sistema, tenemos que dejar de maltratarla”, concluye Sevilla.
Fuente: elconfidencial.com