“ A mi madre este pequeño homenaje como agradecimiento a su sencillez, amor y dedicación”.
Cuando ya sobrepaso tus años y saboreo esta soledad que me acompaña, ¡Como echo de menos tu compañía!, me gustaría (cosa imposible) dedicarte todo el tiempo del que ahora dispongo en cuidarte, demostrarte mi cariño y – al ser posible- acompañarte mutuamente, pero ya he dicho que es imposible, pues son muchos años desde tu partida.
Me tranquiliza saber que no estuviste tan sola, pues cuando papa nos dejó, nosotras cuidamos de ti.
Dedico mucho tiempo a recordar y aun me parece percibir ese olor a madre que me inundaba cuando venia corriendo a ti y me alzabas en tus brazos o me sentabas en tus rodillas. ¡Que bonita infancia a tu lado!
Eran años difíciles de posguerra, cuando faltaba todo y solo sobreabundaba tu cariño. Aunque te tuve como referente, nunca pude igualarme a ti como madre, para eso había que nacer con esas cualidades.
Gracias madre por todos los besos que nos diste de buenas noches pues aun siendo mayores nos acompañabas a la cama y te gustaba taparnos y remeternos la ropa.
Cuantas cosas nos enseñaste con tus silencios. Gracias también por como llegaste a querer a mis hijos, como te dedicaste a papa, por el respeto que nos transmitiste hacia el y por ser la mejor. ¡Siempre te recordare!
Por Mercedes Nieto Cascales