FUTSALA VILLAVERDE.
El sábado vivimos en Plata y Castañar un auténtico partidazo superigualado, aunque el marcador final no lo refleje. Jugábamos contra los terceros de la Liga, y a falta de dos minutos el marcador era 3-4. Qué más se puede pedir para un buen amante del fútbol sala.
Sabemos que sumar en casa es muy importante para mantener la categoría, y salimos decididos a llevarnos el partido. Pero ante nosotros teníamos a Rivas Futsal, y demostraron que su tercer puesto en la clasificación no es una casualidad. El partido empezó muy igualado con los dos equipos queriendo controlarlo sin otorgar concesiones, tanteando al adversario como si de un combate de boxeo se tratara. En el minuto 7 se adelantó Rivas por medio de Javier Marín, pero el equipo, sin perder la concentración, empató el partido en el minuto 14 gracias a un gol de José Cebrián. Parecía que íbamos a llegar al descanso en tablas, pero un gol en el minuto 19 de Enrique Arias llevo el 1-2 para el equipo visitante al descanso.
Siempre empezamos las segundas partes remando a contracorriente, y todo se complica aún más si delante tienes a un buen equipo. En el minuto cuatro, Hugo metió el tercer gol para Rivas. Pero en el minuto siete, un ataque de Rivas que no supo materializar en gol dio paso a un contragolpe que inició nuestro portero Pablo Yuste, que salió con la pelota jugada con el pie hasta el centro del campo, donde cruzó a banda izquierda para Cebrián, que asistió para que Iván González, que entraba como un avión, hiciera el 2-3 en el marcador. Volvíamos a estar a un gol de Rivas, pero con menos tiempo. El partido seguía muy igualado con ocasiones para los dos equipos, pero a falta de 5 minutos para el final Rivas volvía a marcar poniendo el 2-4. Otra vez nos tocaba tirar de heroica: salimos de 5 y, a falta de menos de tres minutos, Iván González se inventó un golazo que puso otra vez la diferencia de uno en el marcador, 3-4. El partido se estaba acabando, y teníamos la posibilidad de sumar algún punto después de remar por detrás en el marcador todo el partido. La ansiedad pudo con nosotros y nos precipitamos con el ataque de cinco, lo que provocó que Rivas sentenciase el partido y terminara con un desmerecido 3-8.
Tenemos que sacar las cosas positivas de esta dura derrota. Que si jugamos como sabemos y con la intensidad que nos caracteriza tenemos nivel para ganar a cualquier equipo. Que nos quedan cinco finales para acabar la temporada y lo más importante es que dependemos de nosotros mismos para permanecer otro año más en Segunda División B. Los demás equipos tendrán mucho más presupuesto que nosotros, tendrán ayuntamientos que les dan más facilidades que a nosotros, pero nunca nos van a ganar a orgullo, a gen competitivo, a intensidad, a sentimiento y a afición. Que tengan claro una cosa: que nos dejaremos la vida hasta el final. 1, 2, 3… ¡Timón!
