Si quieres llenar tus jardineras o parterres de multitud de colores de una forma sencilla y cómoda, no lo dudes: la planta que debes elegir son los tulipanes. El tulipán es una planta bulbosa perenne, cuyos bulbos podemos guardar de un año para otro. Aunque los más famosos son los de Holanda, lo cierto es que es una planta procedente de Asia central y existen miles de variedades. Su nombre proviene de un vocablo turco, tulban, que significa “turbante”, ya que la forma de la flor tiene ciertas similitudes con los turbantes turcos.
La plantación suele realizarse en el inicio del invierno, y es que el tulipán necesita del frío para florecer. Una vez sembrados, las flores tardarán en aparecer unos tres meses y nos durarán cerca de tres semanas. Debemos plantarlos en macetas con un buen sistema de drenaje, que conseguiremos colocando piedras en el fondo, para que el agua no se quede estancada. La distancia de separación entre bulbos debe ser de unos 5-7 centímetros, y debemos enterrarlos a una profundidad de 7 a 15 cm (tres veces su tamaño), dejando su parte más estrecha mirando hacia arriba.
Necesitan ser plantados a pleno sol o semi-sombra y regarlos de forma abundante sin encharcar. Después de la floración, sus hojas se marchitan y debemos cortar el tallo principal, pero no las hojas mientras éstas continúen verdes, con el fin de que el bulbo acumule reservas. Una vez marchitas estas hojas, entonces desenterraremos los bulbos y los guardaremos, limpios, en un lugar fresco, seco y oscuro para volverlos a sembrar la temporada próxima.
Y así de sencillo podemos llenar todos los años de luz y color nuestras terrazas con una planta bastante dura, resistente al frío, que necesita pocos cuidados, nada de fertilizantes y que no presenta graves enfermedades ni plagas.
SERGIO RAMÍREZ NOMBELA. FLORISTERÍA KALATEA.