PROYECTO BULEVAR HUERTO
El viernes 20 de septiembre tuvo lugar el encuentro comunitario del Proyecto Bulevar Huerto en la calle Ampuero, zona del cruce de Villaverde, en el barrio de Los Ángeles, aunque esta actividad no era más que el resultado del trabajo de todo un año.
Haciendo un poco de historia, a lo largo del año las entidades participantes y la vecindad implicada hemos centrado el trabajo en hacer partícipe al resto de vecinos, realizando encuestas para que propusieran iniciativas de cara a mejorar el barrio.
Las respuestas obtenidas se presentaron mediante un teatro-foro en el Huerto del Cruce a toda la vecindad que quiso participar. A partir de ahí comenzó a gestarse la idea de organizar este encuentro técnico-vecinal en el bulevar, con el objetivo de trabajar y sensibilizar sobre las necesidades más sentidas (limpieza, ruido y convivencia), fomentar la mejora de las relaciones vecinales, así como favorecer la continuidad del trabajo ya iniciado.
A pesar de la preocupante amenaza de lluvia, el sol acompañó durante toda la tarde a quienes se acercaron al bulevar, donde tuvieron la oportunidad de participar en diversas actividades para concienciar sobre la importancia de trabajar por el barrio y reflexionar sobre la mejor forma de hacerlo, entre el vecindario y el personal técnico.
En forma de juego, se realizaron actividades para dar a conocer el proyecto y sensibilizar sobre algunos aspectos.
Para ello se empezó con una introducción sobre el origen de dicho proyecto, que conducía a un océano donde “pescar” y clasificar la basura con la ayuda de una ballena azul para poder nadar de nuevo, de forma simbólica; un juego de concienciación sobre reciclaje para sacar la basura de los mares y, por qué no, también de nuestras calles.
Los vecinos más atrevidos intentaron jugar a las películas o al teléfono escacharrado mientras unos auriculares bombardeaban canciones a todo volumen, demostrando que no es fácil entenderse cuando el ruido no nos deja escuchar a las demás personas.
Y para quien quisiera sacar su lado más artístico, se daba la opción de diseñar pulpos de lo más variado o de colaborar en el montaje de un colorido espantapájaros. Todo esto, por supuesto, con materiales reciclados.
Además, unas huellas en el suelo con el mensaje “sígueme” guiaban hacia lugares donde reunirse y hablar, no perturbando el sueño del vecindario. La aventura nos dirigía hacia el descubrimiento del parque y el huerto, donde desde ahora se ubicará el mencionado espantapájaros.
Finalizaba esta jornada de diversión, convivencia y sensibilización con una merienda abierta a quienes nos acompañaron hasta el final y con el solemne traslado del espantapájaros hasta su nuevo hogar, el Huerto del Cruce.