El comercio de proximidad, que emplea a 300.000 personas en Madrid, reclama un plan de reapertura específico para los diferentes establecimientos en la región y ser los primeros en subir la persiana, dado que no se producen las aglomeraciones que pueden darse en otro tipo de formatos de venta.
La Confederación del Comercio de Madrid (COCEM) ha pedido este lunes negociar con el Gobierno y la Comunidad de Madrid el regreso de la actividad, analizándolo “en función del tipo de negocio”.
Haciéndose eco de la experiencia de otros países señalan que podrían abrir primero los comercios “de menos de 400 m2” para progresivamente irse ampliando a los de mayor superficie, y escalonar horarios, “al principio reducidos y que poco a poco se irían ampliando”.
No reclaman “tanto una fecha concreta” sino cómo se debe abrir cuando se den las condiciones”, explica el presidente de Cocem, Armando Rodríguez, que señala que es “fundamental no tener que cerrar en el futuro” y hace las cosas con “seguridad y control”.
Por ello, pone el acento en el cómo: “existen sectores muy diversos, con necesidades distintas, una cosa es alimentación, otra el textil, donde hay que probarse ropa y atender o cualquier otro sector que tiene sus peculiaridades”, explica.
También reclaman conocer si las medidas extra de protección supondrá “una inversión al propio comerciante”, que ya está sufriendo el impacto del cierre.
La Confederación negocia con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid la posibilidad de poder exponer parte del género en la vía pública, promocionándose como podrá hacer la hostelería con las terrazas, e instalar espacios de degustación en las tiendas de alimentación.
Respecto a la protección de los trabajadores, señalan que salvo una ayuda “irrisoria” de Delegación, han tenido que buscar sus propios medios de protección, con tiendas de alimentación “desprotegidas” y dos muertes en pescaderías por la atención al público.
Además, la confederación afea “el silencio y la pasividad de las administraciones públicas”, sobre todo del Gobierno de España y la falta de un plan sobre “cuándo y cómo” reabrir.
También reclaman que la Comunidad controle mediante inspecciones la venta de productos que no son de primera necesidad en los grandes almacenes.
Vender otros productos supone “una ventaja frente al comercio de proximidad que está cumpliendo escrupulosamente la ley” y que “sin actividad alguna, sin ingresos, pero pagando impuestos, nóminas y arrendamientos y tan sólo recibiendo con dificultad, aplazamientos de pago o endeudamiento a través de préstamos que tienen que devolver”.
COCEM agrupa a 35.000 pymes y autónomos del comercio especializado y de proximidad de la región, e integra a los sectores textil, joyería, calzado, librerías, mercados (pescaderías, carnicerías, fruterías) librerías o ferreterías, entre otras.
Fuente: Agencia EFE