Su campaña para concienciar a los deportistas más pequeños se hizo viral en las redes sociales y ha sido todo un ejemplo en España.
El deporte es mucho más que copas y títulos. Entre otras muchas cosas, es el caldo de cultivo ideal para el fomento del respeto, la competitividad, el juego limpio, la salud, el compañerismo u otros tantos valores más de esos imprescindibles en nuestra sociedad. Especialmente, entre los más pequeños. Y el BASE Villaverde ha vuelto a dar buena muestra de ser un ejemplo no solo por sus éxitos deportivos, sino también por el fomento de valores. Si en el pasado reciente han sido numerosas las campañas de solidaridad e integración, esta vez se han destacado por un nuevo y novedoso ejercicio de fomento del respeto hacia los árbitros.
El ejercicio que han empezado a poner en práctica entre los jugadores de balonmano más jóvenes de su escuela es de una asombrosa simplicidad: el jugador que anota gol es premiado pasando a ser el árbitro del partido hasta que se anote un nuevo tanto. De esta manera, son los propios jugadores los que se encargan de juzgar las acciones de sus propios compañeros, aprehendiendo así no solo las normas, sino sobre todo la dificultad del oficio del árbitro. Fomentando así de manera sedosa y natural el respeto a esa figura necesaria en todo deporte, pero que nunca tiene afición propia. Y por tanto, tampoco defensores.
Esta campaña se hizo viral en redes sociales gracias a un vídeo publicado por el gerente del BASE Villaverde, David Ríos. Y fue de tal calado que alcanzó incluso a varios medios de comunicación regionales y nacionales, así como a otros clubes y disciplinas deportivas. El llamado “efecto mariposa”. O cómo una simple acción puede generar alrededor toda una cascada de reacciones en consecuencia. Y en este caso concreto, son más que bienvenidas en el fomento del respeto hacia los árbitros y la erradicación de la violencia en el deporte.
Por Alberto Piñero | @pineroalberto