La Coral Amadeo Vives, que ensaya en el Centro Sociocultural Bohemios, retoma su actividad tras la pandemia
El pasado 3 de junio, en el Centro Sociocultural Bohemios, tenía lugar un evento muy especial. Bajo el título Concierto del regreso, la Coral Amadeo Vives volvía a los escenarios, en su propia “sede”, “tras superar la pandemia y perder mucha gente en el camino”, como explicaba Paco, uno de sus integrantes. Juan Carlos, director musical del coro, en el que lleva casi seis años, incide en la misma idea: “lo más importante de ese concierto no ha sido solo el concierto en sí, que salió bonito, sino que después de casi dos años de estar parados conseguimos algunos retomar la actividad y sacar adelante un repertorio”.
Meses atrás tuvieron otra actuación, “por gentileza de la Parroquia San Mateo y de su párroco, Ricardo, que se portan muy bien con nosotros, y nos dejaron ensayar y hacer un concierto de Navidad allí”, recuerda Juan Carlos. Pero de cara a la cita del 3 de junio, el reencuentro con su público en su centro cultural, quisieron hacer algo diferente. Nos lo explica Paqui: “fue un concierto atípico para nosotros. Lo normal es que salgamos toda la coral, uniformados y cantando, pero aquí el maestro [señala a Juan Carlos] quiso darle un toque más alegre para que la gente también se animara. Todas las zarzuelas que cantamos eran nombres de calles del barrio [Ciudad de los Ángeles, cuyo callejero cuenta con un buen “repertorio” de nombres de zarzuela], e incluimos una parte de actuación: en una nos peleábamos con los hombres, en otra ellos se peleaban con nosotras… y aquello al público le privó, y también nos gustó a todos nosotros”. “Sí —amplía Juan Carlos—, porque la verdad es que, dada la circunstancia de los poquitos que han quedado en el coro, no resultaba lo más idóneo hacer un concierto típico de coral, y eso también dio la oportunidad de plantear algo diferente, que llamara la atención. Algo que disfrutáramos haciéndolo y que también se lo hiciera pasar bien al público… Y creo que se han conseguido ambos objetivos”.
Los demás integrantes del coro asienten sonrientes a las palabras de su director. Estamos en el Centro Sociocultural Bohemios, sentados en círculo en ese mismo escenario donde actuaban pocos días antes. El coro tiene su última reunión del curso, dedicada a la valoración del concierto y el planteamiento de la próxima temporada, y me han invitado a sumarme a ella. El ambiente es excelente, dan la sensación de ser una gran familia, y se les ve muy contentos por haber regresado a la actividad tras la pandemia. Una pandemia que, como apuntaba más arriba, les ha golpeado con dureza. Paco me lo cuenta: “El 28 de febrero de 2020 hicimos un concierto en Vallecas. A partir de ahí fue cayendo gente con COVID, y luego otros también han dejado de venir porque ya los años no les dan, además del miedo a salir de casa y todas esas historias. Así que, de 42 que éramos, nos hemos quedado en 14 o 15”.
Casi tres décadas
Teresa, una de las más veteranas, me explica que la coral lleva ya 27 años de actividad. La organizó “un señor de Cantabria que ya tenía experiencia con corales. Vivía en el barrio, y empezó a formar la coral en este centro cultural con autorización de la directora. En aquella época era una coral, coral: éramos cincuenta y tantos, con canciones polifónicas, pues éramos tres o cuatro voces. Ese señor luego se fue, enfermó y murió, y después ya han venido varios directores más”. “Sí, ensayábamos en un aula muy grande encima del bar… Aquí en el teatro llevamos tres años nada más”, apunta Feli, otra de las veteranas. Y Ana, que se incorporó después, evoca: “Teníamos un coro muy bonito: éramos mucho más jóvenes, teníamos unas voces muy lucidas y además contábamos con un componente muy grande, un coro de verdad, con toda la gama de voces y muchos más hombres. Hemos actuado en muchos sitios: en centros, en iglesias, en residencias, en un montón de pueblos… y bueno, somos ya mayores, y queremos que haya renovación para que se mantenga una cosa tan bonita y tan cultural. A ver si con lo que publiques se anima más gente y viene a probar”.
Porque la reducción del número de miembros, aparte de en el formato de las actuaciones, afecta también de forma importante en otros aspectos operativos. Como explica Paco, “No tenemos ayudas de ningún tipo: todo lo tenemos que sufragar nosotros. Entonces, claro, si tienes que ir a cantar a un sitio más lejano hay que alquilar un autobús, que antes de la pandemia nos costaba 200 euros o por ahí, y que ahora seguro que ha subido y estará cerca de los 400… y lo tenemos que pagar entre los que somos ahora, imagínate… Antes cogíamos un autobús de 50 plazas, y si íbamos 38 o 39 las otras plazas las cobrábamos a quien quisiera venir con nosotros y eso nos ayudaba a pagarlo, pero ahora de momento es inasumible. En Villaverde Bajo o Villaverde Alto podemos movernos en los autobuses de la EMT, y si nos sale algo más lejos miraremos a ver si hay unos autobuses más pequeños, o tendremos que ver cómo lo hacemos…”.
Buscar nuevos miembros
Por todo lo expuesto, uno de los principales objetivos actuales de la coral es buscar nuevos miembros. Ya han conseguido una incorporación, la de Esmeralda, que nos explica que la experiencia está siendo muy buena: “Me ha sorprendido mucho… Yo cuando llegué aquí, el primer día, ya me imaginaba por la foto que era gente bastante mayor, pero me han aportado y enseñado un montón. Lo recomiendo totalmente, me lo estoy pasando muy bien con ellos”. Paco amplía: “ella se incorporó porque vio el cartel en la puerta, y ha habido más gente que también ha venido, pero depende del momento de los ensayos en que nos pille, claro, porque es muy difícil atraer a gente joven si ocurre como cuando vino un chaval, que estábamos ensayando una misa de difuntos… El tío se asustó, se fue y no volvió [todos reímos, ellos recordando y yo imaginando la escena]. Ella tuvo suerte de que estábamos con las zarzuelas, y le enganchó. Así que aprovecho para hacer hincapié en que la gente que lea el reportaje no se corte: si les gusta cantar, que vengan a pasárselo bien”. “Sí, y no tienen por qué saber cantar ni leer partituras, solo sentirse a gusto porque les guste cantar”, insiste Paqui.
Así que ya sabéis, vecinos: si os gusta cantar y os apetece hacerlo en el barrio con un grupo de gente encantadora, no dudéis en acercaros por el Centro Sociocultural Bohemios a partir de octubre. Ensayan los martes de 18:30 a 20:30, seréis estupendamente recibidos y lo pasaréis genial. Como dice Paco: “Incluso sirve como terapia: si vienes, te integras y te lo pasas bien, ¿qué puede haber mejor?”.
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- coralamadeovives@outlook.es
- 626 395 537 (Paqui)