LAILA MUHARRAM
“Es el amor una dolencia rebelde, cuya medicina está en sí misma, si sabemos tratarla; pero es una dolencia deliciosa y un mal apetecible, al extremo de que quien se ve libre de él reniega de su salud y el que la padece no quiere sanar”.
Ahora que ya ha pasado San Valentín y que podemos pasear por las calles sin que la publicidad nos inste a consumir —“el amor bien merece un día”, anunciaban unos famosos almacenes comerciales—, os invito a que dediquéis “más de un día” a leer uno de los libros de amor más bellos que se hayan escrito nunca en lengua árabe. Y escrito aquí, en nuestras tierras, hace siglos, de la mano de un tal Ibn Hazm.
Nacido en Córdoba el 7 de noviembre de 994, Abu Muhammad Ali Ibn Ahmad Ibn Said Ibn Hazm Al Andalusi Al Zahir fue una de las mentes más brillantes de la España musulmana. Poeta, filósofo, teólogo, historiador y narrador, su infancia transcurrió en la corte cordobesa, por ser su padre un funcionario de Almanzor. Su participación en las intrigas palaciegas lo llevó en varias ocasiones al exilio. En 1023 fue nombrado visir, pero al terminar el Gobierno Omeya un año después fue encarcelado. Desengañado de la política, una vez queda libre se centra en su obra literaria y filosófica.
La obra de Ibn Hazm abarca unos 400 volúmenes. Destacan El Fisal, historia crítica de las ideas religiosas; y La Chambara, genealogía árabe del occidente musulmán. Su obra más célebre, sin embargo, es El collar de la paloma, de donde extraje el texto que da inicio a este artículo.
Escrito con tan solo veintiocho años, es un libro de reflexiones sobre la verdadera esencia del amor, que incluye detalles autobiográficos y documentales. Puedes acceder a su traducción de forma gratuita si eres socio de la biblioteca municipal, descargando la aplicación eBiblio Madrid.
A lo largo de los treinta capítulos que componen la obra se mezclan las reflexiones, los recuerdos y la lectura de poemas escogidos. El autor habla de la naturaleza del amor y de sus metamorfosis, de las personas que se enamoran, de sus trucos y sus recursos, de sus aliados y de los signos que permiten identificarlas, entre otros muchos temas.
“El verdadero amor no nace en una hora, ni da fuego su pedernal siempre que quieres, sino que nace y se propaga despacio, tras larga compenetración, que lo afianza (…). Confirma esto el que vemos que todo lo que se forma presto también perece en breve. Yo soy una tierra dura y pedregosa, reacia e insumisa a toda vegetación; pero si algunas plantas fincan sus raíces, no han de cuidarse de que abunden las lluvias de primavera.”
Si viviera en estos tiempos, Ibn Hazm, profundamente religioso, se posicionaría abiertamente en contra del poliamor. “No hay sitio en el corazón para dos amados (…). Igual que la razón es una, y no conoce otro Creador que el Único, el Clemente, uno es también el corazón y no ama más que a uno, esté lejos o cerca. Quien no es así, es suspecto en ley de amor y está distante de la verdadera fe. La religión no es más que una, la recta, y el que tiene dos religiones es infiel.”
Y aunque nos pueda parecer anticuado, en su momento mantuvo encendidas disputas con otros sabios de su época, que dio como fruto la quema de sus libros en la taifa sevillana. Ibn Hazm murió en Montíjar en el año 1064, en la provincia de Huelva, pero su legado sobrevivió a las llamas. Dejó escrito este famoso verso: “Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles, y mostrad vuestra ciencia para que se vea quién es el que sabe. Y es que aunque queméis el papel nunca quemaréis lo que contiene, puesto que en mi interior lo llevo, viaja siempre conmigo cuando cabalgo, conmigo duerme cuando descanso, y en mi tumba será enterrado luego.”
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