MARIANNE VOGLER.
El III Certamen de Relatos Maribel Redondo se celebró en el Centro Municipal de Mayores Eduardo Minguito el pasado 21 de abril, y ha tenido, en la figura del incombustible Fernando Camacho, un organizador/maestro de ceremonias excelso. Tras las dos primeras ediciones, había que buscar un giro para revitalizar un certamen que ya se ha instalado de forma magnífica en el barrio. La propuesta de Camacho incluía tres partes bien diferenciadas: música, poesía y relatos.
La velada estuvo repleta de sorpresas. Todo comenzó con Alba Martínez al contrabajo y Elia Minguillón al piano, que abrieron la gala con piezas como Sobre un ratón y El candor, de Burgmüller. Tras la introducción, el poeta Iván de la Casa tomó la voz cantante e introdujo al también poeta Iván Keating, que hizo un recorrido por su último poemario, Poesía suburbial (2021). La lectura de los poemas se llevó a cabo de forma sosegada, y Keating acarició esa cotidianidad envuelta en el dolor, deseo y anhelo que se dan cobijo en sus textos. También leyó textos de su primer libro, el sobresaliente Intimidad Pública (2019).
De la Casa tomó nuevamente la palabra y dio paso a Rocío G. Soldevila, que sorprendió con la presentación —ante público— de su Erotízame (2021). Su voz dulce y melodiosa iba al compás de esos versos que rozaban la intimidad envuelta en entrega, dolor y caricias. Poemario que transita por múltiples influencias y que la poeta ha sabido hacer suyas con inteligencia.
Con un público entregado, llegó el turno a la entrega de los relatos premiados. La temática era “Villaverde en el 2050”, y ofreció mucho juego a los participantes, que —entre otras muchas cosas— demostraron amor al barrio. Por señalar un punto en común de los relatos, éste podría ser la añoranza y el humor, elementos que se vieron en los dos relatos premiados. En la categoría infantil fue Patryk Nietupski Capala, de 12 años, el que se llevó el primer premio con un relato titulado Mi gran sueño. Mientras que, en la categoría de adultos, Sonia Rosado de la Cruz ganó con el ingenioso relato titulado Héroes. Ambos textos poseen humor y juegan con la distopía de un modo elegante y certero.
Luca Minguillón aportó serenidad y talento al interpretar de forma extraordinaria la Invención nº11 de Bach. No faltaron las sorpresas musicales y poéticas. Del mismo modo, los miembros del Centro Integrado de música Padre Antonio Soler de San Lorenzo de El Escorial interpretaron El himno de la alegría, y un buen número de asistentes recitó poesías, ya fuesen propias o de otros autores. Momento muy emotivo en la lectura fue el llevado a cabo por Bruna, poeta que recitó de memoria sus textos y a la que unió a Miguel Hernández la profesión de pastor.
El III Certamen de Relatos Maribel Redondo ha marcado unas bases para engrandecerlo más aún. La batuta de Fernando Camacho ha sido imprescindible y ha creado, sin duda alguna, un precedente sobre cómo organizar eventos. Hechos así hacen barrio.