En Villaverde tenemos vecinos que no suelen despertar simpatías, y son repudiados, no sé si porque son peludos, duermen colgados, vuelan en la oscuridad, protagonizan falsas leyendas y mitos o los vemos feos y raros. Son los murciélagos. “Desmontar este tópico” es descubrir a los demás la curiosa vida de este grupo de mamíferos con alas y lo beneficiosos que son, al protegernos de los mosquitos y la dichosa mosca negra.
Son los únicos mamíferos voladores, son nocturnos, ven mal, y solo en blanco y negro. Los murciélagos se orientan en la oscuridad gracias a los sonidos que emiten ellos mismos, los ecos que les informan dónde se encuentran los obstáculos y las presas que cazan (ecolocalización). Estos sonidos se llaman “ultrasonidos”, y son inaudibles para nosotros.
En nuestra área de influencia ecológica tenemos citadas 16 especies de quirópteros, todas insectívoras, y de ellas cinco en el área urbana. Aprovechan las grietas y agujeros, bajo las cortezas de árboles o en las construcciones humanas, en árboles huecos o en refugios construidos para ellos.
Los murciélagos tienen gran valor ecológico. Depredan grandes cantidades de mosquitos y otros insectos que capturan al vuelo. Son clave en el control de las enfermedades víricas emergentes transmitidas por mosquitos: eliminan el virus y ellos no enferman. Su conservación es esencial para el mantenimiento de la salud pública y ambiental, y debemos fomentar su presencia conservando y aumentando sus lugares de cría y refugio. ¡Ayudémoslos!
RAÚL MARTÍNEZ