El verano suele ser un buen aliado para hacer ejercicio físico al aire libre. Sin embargo, debemos protegernos del calor en las horas del día en las que los rayos del sol inciden con más intensidad. Cuando hay demasiado calor, nuestro cuerpo pone en marcha varios mecanismos para compensarlo y conseguir la aclimatación: las glándulas sudoríparas producen sudor, que sirve para regular la temperatura corporal; y los vasos sanguíneos cerca de la superficie de la piel se dilatan para aumentar el flujo sanguíneo y la piel se enrojece ligeramente.
Golpe de calor y agotamiento por calor. En situaciones de exposición durante las principales horas de calor, hay más riesgo de desmayos y de perder el conocimiento. Esto es debido a que la pérdida de líquidos a través de la piel y sudor aumentan con el calor, y esa situación favorece las bajadas de tensión arterial y de los niveles de azúcar (hipoglucemias). En el golpe de calor, la persona sufre un aumento de la temperatura corporal debido al mismo; esto le hace encontrarse más confuso, aturdido, y puede dar lugar a calambres musculares, dolor de cabeza, náuseas; y hasta convulsiones en algunos casos graves.
Horarios recomendados para hacer ejercicio. Es aconsejable evitar las horas centrales del día para hacer ejercicio físico, y si es posible escoge un parque con árboles donde puedas refugiarte y zonas donde haya sombra para evitar la exposición directa al calor. Esto significa que los mejores horarios son a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde, para evitar las horas más cálidas. También es normal sentirse más cansado con el calor. Si te sientes muy fatigado o notas que te aumentan mucho las pulsaciones es mejor parar a descansar un momento.
Ropa adecuada. Intentar que la ropa sea ligera, transpirable para facilitar la evaporación del sudor, y colores claros para favorecer la reflexión de la luz y evitar la absorción directa del calor. Utiliza gorra o sombrero para protegerte del sol. La ropa debe ser cómoda y suelta para que no haya zonas de compresión y que la circulación sanguínea pueda fluir fácilmente. Recuerda tomar líquidos antes, durante y después del ejercicio físico.
Señales de advertencia para detener el ejercicio. Los síntomas de agotamiento y cansancio extremo son: sudoración excesiva, piel fría y húmeda al tacto, mareo y náuseas, calambres musculares; pulso rápido y débil, boca seca y orina oscura. Si experimentas algunos de estos síntomas debes ponerte en estado de precaución, parar inmediatamente y moverte a un lugar lo más fresco posible. Si estás solo, debes tomar descanso hasta recuperarte y beber pequeños tragos de agua fresca.



