¿Qué son? Las crisis epilépticas son unos movimientos musculares repetitivos que se reparten por todo el cuerpo, principalmente por las extremidades (brazos y piernas), de un modo espontáneo, aparecen de modo súbito y se asocian de un periodo de pérdida de conocimiento, con desconexión del medio, y normalmente conlleva una fase posterior de desorientación y adormecimiento hasta que la persona vuelve a recuperar de nuevo el control de sus impulsos y se vuelve a hacer consciente. Cuando esto ocurre, la persona una vez que ha sufrido la crisis no recuerda lo sucedido porque ha perdido la conciencia durante el transcurso de la misma. Puede incluso orinarse encima, porque pierde también el control de los esfínteres. Estas crisis son generadas por impulsos nerviosos anormales desde nuestro sistema nervioso debido a una alteración en su sistema de regulación.
¿Cómo se diagnostica? Lo más importante para una correcta orientación inicial de cada caso clínico son los datos recogidos mediante una adecuada entrevista médica y el examen físico de la persona que ha podido sufrir una crisis epiléptica. También hay que descartar otros motivos. A menudo, se pueden confundir con otros problemas de salud o enfermedades: puede ser que la persona ha sufrido algún tipo de convulsión debido a otra enfermedad y alteraciones electrolíticas por deshidratación (alteración en los niveles de sodio, potasio), o bien ha presentado temblores, movimientos involuntarios, calambres musculares; o simplemente en otros momentos cuando la persona tiene fiebre o temperatura elevada puede presentar escalofríos y tiritona que puede confundir con crisis epiléptica, pero no tiene nada que ver. Para un análisis más exhaustivo, en ocasiones es necesario la aplicación de otras pruebas diagnósticas más especializadas: un electroencefalograma consiste en la medición de la actividad cerebral y puede indicar la presencia de alteraciones que son diagnósticas para epilepsia. Aun así, el estudio habitualmente incluye en primer lugar descartar otras causas que pueden desencadenar estos síntomas, y por eso pueden llegar a utilizarse otros medios de imagen (TAC, resonancia) para completar la evaluación médica.
¿Qué hacer ante una crisis epiléptica? Si vemos una persona que empieza a convulsionar, esto puede ser debido a distintas causas. Lo primero que debemos hacer es no perder la calma ni ponernos nerviosos. Lo más importante es dejarle espacio para que no se golpee la cabeza ni el cuerpo mientras está haciendo movimientos que son involuntarios. A continuación, pedir ayuda y no intentar colocarle de pie mientras que se está moviendo, dejar que convulsione y evitar meterle las manos ni objetos en la boca porque se puede atragantar. En el momento que llega el personal sanitario ya saben como actuar y si fuera necesario administrarle algún tipo de medicación o trasladarle.
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero, Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria,
Máster Medicina de Urgencias y Emergencias, Experto Universitario en Nutrición y Dietética