Te quiero mostrar un texto, que se nos presenta anónimo, de la tradición popular. Dice que cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: construir o plantar.
Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se paran, y quedan limitados por sus propias paredes. La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba. Todo su fin era dicha construcción, y al terminarla sienten el vacío del “¿y ahora qué?”, lo que les paraliza y frustra ante la idea de buscar un nuevo objetivo.
Pero existen también las personas enfocadas a plantar. Éstos a veces sufren con las tempestades, las estaciones y raramente descansan. Pero al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer. Y al mismo tiempo exige la atención del jardinero, lo que también permite que para él la vida sea una gran aventura.
Quizá las primeras personas, los constructores, estén más enfocados a la acción y no sepan pararse a observar y reflexionar, sin embargo quizá los jardineros tengan más serenidad y aplomo que los anteriores, lo que les puede ayudar a disfrutar del aquí y ahora, pero quizá les cueste tomar decisiones… Quizá.
No sé si tú te identificas con el tipo de personalidad que construye y construye o el que continuamente planta, pero en mi modesta opinión, el mejor resultado de la vida, quien conseguirá realmente disfrutar de cada paso, será quien en unas ocasiones construya y en otras siembre, ya que ni nosotros somos los mismos siempre, ni las circunstancias a las que nos enfrentamos día a día lo son.
¿Tú qué opinas?
Beatriz Troyano Díaz
Directora de la Escuela Europea de Habilidades Sociales & Remodelatuvida
Socióloga Coach Personal y Profesional.
siquieres@remodelatuvida.es
www.remodelatuvida.es