En los meses de verano es cuando más tiempo estamos expuestos al sol, que tiene múltiples beneficios para nuestra salud: aumenta nuestra activación, facilita la absorción y metabolismo de ciertas vitaminas, y también repercute en mejorar nuestro estado de ánimo por norma general. A pesar de esto, debemos ser conscientes del peligro de las radiaciones solares al tomar muchas horas de sol, o salir a la calle en horas de máximo calor sin la protección adecuada.
Usa protector solar: al salir a la calle, utilizar una crema de SPF 30 o superior garantiza que la radiación emitida por los rayos solares no penetra hacia capas más profundas, y previene del daño celular que puede degenerar a cáncer de piel. Se debe reaplicar cada 2-3 horas para asegurarnos de que el efecto es el deseado.
Busca la sombra: al caminar por una calle, es mejor caminar por la sombra y si es posible llevar algún tipo de gorra o sombrero que nos proteja la cabeza porque al incidir de modo directo el sol y el calor nos puede provocar desmayos o síncopes, especialmente en niños y personas mayores.
Utiliza gafas de sol: sirven para prevenir los daños oculares por los reflejos del sol, y además facilita una visión más cómoda. Las gafas también protegen la piel alrededor de los ojos, que es más fina y delicada.
Lava tu cara y limpia tu rostro suavemente, para eliminar el sudor, la grasa acumulada, y la suciedad que pueden acumularse. También es muy beneficioso aplicarse un protector labial para tener los labios bien hidratados. La exfoliación de la piel también puede ayudar a eliminar células muertas y mejorar la absorción de las cremas solares. No olvides echarte crema protectora en la cara, porque la piel es más fina que en el resto del cuerpo.
Usa ropa adecuada: ligera, fácil y cómoda de llevar, de colores claros transpirables, evitando cinturones si es posible para no comprimir ninguna extremidad y que llegue bien la circulación sanguínea a todas las partes del cuerpo. Presta atención a las picaduras de insectos.
Cuida tu piel: si has tomado el sol y has sufrido quemaduras, la piel se pone caliente o enrojecida, es un buen momento de mantener reposo y aplicar cremas after-sun, que sirven para calmar e hidratar la piel.
