El 9 de septiembre, la Junta Municipal del Distrito (qué curioso, cuando casi no puedes arrimarte allí para hacer muchos trámites ni para asistir a los plenos) nos ha citado, vía correo electrónico, a algunos ciudadanos de Villaverde, pocos, para la constitución de las mesas que van a componer el Consejo de Proximidad de Villaverde. Antes de ese día, exigen enviar una solicitud para asistir y participar, a través de vías tan difíciles para el ciudadano medio de este distrito como la firma electrónica o presentación física, a través de cita, en el registro de la Junta.
Es el primer paso (aunque debería ser al revés) para poner en marcha el Consejo de Proximidad de Villaverde, una solución que quiere cubrir las expectativas de la ciudadanía de participar activa y directamente en el desarrollo y mejora de los distritos en los que viven, habitan, se desarrollan y algunas veces subsisten y sufren. La gente piensa y tiene iniciativas para mejorar sus estatus y calidad de vida (existencial, laboral, social, educativa, sanitaria, cultural, etc.); las condiciones de sus casas, calles, barrios y distrito; su medio ambiente, sus equipamientos, ordenación, bienes… y estas ideas, iniciativas e inquietudes, traducidas en propuestas y proposiciones, deben ser trasladadas desde este órgano de participación vecinal y ciudadana, pasando por filtros, correcciones y posibles modificaciones, a otros órganos decisorios y ejecutivos como es el pleno del Distrito y el propio Ayuntamiento de Madrid.
En teoría viene a sustituir a los Foros Locales, creados por el Gobierno local anterior, en los que muchos vecinos y ciudadanos intervinieron y trabajaron, de forma altruista, hasta que poco a poco su participación e ilusión por conseguir mejoras fue apagándose al ver que no se cumplían las expectativas depositadas en este órgano de participación vecinal, por las muchas dificultades y trabas surgidas para sacar adelante las iniciativas consensuadas e incluso aprobadas. Entre las causas que llevaron al fracaso de los Foros Locales destacamos las siguientes: “intervencionismo político, partidista o sectario en las mesas y comisión permanente”, “garantía legal de las proposiciones”, “viabilidad real de las propuestas”, “incomunicación con los organismos competentes para su desarrollo”, “seguimiento burocrático de las propuestas”, “dilación y olvido en el tiempo del desarrollo de las propuestas”, “falta de garantía o compromiso institucional, una vez aprobadas las proposiciones, de su ejecución”, “imposibilidad de participación vecinal en la puesta en marcha”, “imposibilidad de crear mesas interdistritales”, “capitalización partidista de ideas o propuestas para otras iniciativas”, “no dotar de presupuesto para el desarrollo del propio órgano y sus participantes”, “no facilitar lugares de encuentro y trabajo permanente y exclusivos para las mesas”.
El Funcionamiento de los Consejos de Proximidad se explica en un enrevesado texto: Reglamento orgánico 7/2021, de 1 de junio, de los Consejos de Proximidad de los distritos de Madrid, del que no hay una versión adaptada a la comprensión general. Esto, unido a la poca difusión y promoción institucional entre los ciudadanos de la puesta en marcha de este órgano de participación especialmente dirigido a los vecinos (ni propaganda, ni noticias, ni folletos, ni carteles, ni buzoneo, ni radio, ni actos informativos, ni reservas de espacios en prensa, ni tele, ni nada), da por pensar el poco valor que se da a la participación ciudadana o bien el miedo que se tiene a dicha participación. Me parece, más bien, que no se quiere que se conozca este nuevo órgano ciudadano, sino cumplir una promesa electoral incómoda y después dejarlo abandonado con la excusa de la poca respuesta ciudadana. Pero ésa es mi impresión.
Esta estrategia y el estudio del reglamento orgánico me ha creado tantas dudas y suspicacias que me he puesto en contacto con nuestros representantes locales del Distrito y otros representantes y fuerzas vivas de Villaverde para ver si me podían aclarar dudas (incluso entre futuros organizadores de mesas, elegidos por la Concejalía de Villaverde e impuestos a los vecinos participantes). Pues bien, además de tener una respuesta muy desigual por parte de nuestros vocales vecinos, o ninguna respuesta, o desidia y desprecio, o que compartían esas dudas y suspicacias, he tenido, por parte de alguna de estas personas, un cierto esfuerzo por intentar contestarme o indicarme quién podría. Esto, por lo menos, lo agradezco, aunque estas dudas, suspicacias y los representantes que me han querido ayudar o no será el tema de otra carta al periódico, una vez haya asistido a esa convocatoria selectiva de la Mesa de Proximidad que, por ahora, pienso que está muerta antes de comenzar.