Como ya comentamos el mes pasado, el estrés es una respuesta automática del organismo a cualquier cambio ambiental, externo o interno. Hay un cierto estrés que es práctico, ya que nos ayuda a estar motivados y despiertos (se denomina “eustrés”), pero si éste se mantiene por largo tiempo se convierte en un estrés que nos roba la energía, la motivación, la autoestima, y que incluso nos lleva a las enfermedades crónicas.
Ya el mes pasado hiciste un listado de las situaciones que a ti te estresan a día de hoy, ahora toca aplicar herramientas a esas situaciones para que tú puedas con ellas y no ellas contigo.
Las técnicas se dividen en: a) generales: recursos personales (por ejemplo el ejercicio físico, la dieta); b) cognitivas: cambio de percepción e interpretación (p. ej. ver la situación como si fueras un espectador de ella); c) fisiológicas (p. ej. las técnicas de relajación y meditación); d) conductuales: estrategias y habilidades (p. ej. una mejor gestión del tiempo, ser asertivo, etcétera).
Recupera la lista de situaciones estresantes que hiciste el mes anterior: a día de hoy, ¿qué técnicas de las descritas estás utilizando para combatirlo? ¿Y qué técnicas ves que podrías aplicar? Ponlas al lado de cada una de las situaciones.
Ahora elige un día de este mes para comenzar a utilizar cada una de las técnicas que ves aplicables a cada situación. Y no olvides que lo que de verdad importa no es lo que ocurre, sino lo que nosotros pensamos en cada momento que ocurre. ¡Feliz mes!
BEATRIZ TROYANO DÍAZ
Directora de Remodelatuvida
Socióloga Coach Personal y Profesional
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