Para Marianne, Marga, María y Ramón ‘Padrino’
Desde pequeño, junto a mis padres, veía a Cifu en su programa Jazz entre amigos. Cifu me descubrió a todas aquellas figuras que para mí han sido determinantes en mi vida. Éramos unos rastreadores del Cifu, ya fuese en Radio España, Antena 3, Cadena 100 o, cómo no, Radio Clásica y Radio 3. Su Jazz entre amigos en televisión fue una delicia que aún hoy en día sigo disfrutando. Era una cita a la que no faltaba. Fue doloroso cuando lo quitaron. ¿Los motivos? Desconocidos en apariencia.
Cuando trabajaba de noche en un banco, entre warrants y fondos de inversión, escuchaba sus programas y las consabidas repeticiones. Me acompañaba mucho. Siempre había sido como alguien de la familia, ahora más. Su último programa fue dedicado a Thelonious Monk. El ciclo de Monk estaba siendo una salvajada, como todo lo que retransmitía. Los ciclos eran tan completos que no existía arista alguna. Ese día terminé hipnotizado con un solo de Monk y, como todos sus solos, ¿por dónde iba a salir? En el Lincoln Center en un momento, tras Evidence, interpretó un estándar que me dejó tocado (When It’s) Darkness on the Delta. Un solo de 5 minutos y 15 segundos que no entraba por tiempo y que en el siguiente programa comenzaría con el tema. ¿De dónde se sacaba esas maravillas Thelonious? Recuerdo que estaba escribiendo un texto, uno más de los que se quedan en el cajón, titulado ¿Quién era mi abuelo?, y en las anotaciones musicales que tenía únicamente ponía este tema musical, que se repetía en numerosas ocasiones. El tema me lo descubrió, uno más, Cifu. Quizá porque es el último programa o no, desconozco, el caso es que esta composición se ha instalado en mí y me acompaña sin freno y con mucha melancolía. Si algún día saco ese texto del cajón y lo puedo filmar, estará en la banda sonora.
El fallecimiento inesperado de Cifu dejó un vacío irrecuperable en una extraña rutina. Menos mal que quedaban los podcasts y mi cita con sus programas continúa siendo fiel, aunque esta vez soy yo el que elige. Lo mejor es que sé que no fallaré en la elección. Recuerdo hasta cierto nerviosismo por ver a quién dedicaba el programa o qué temas elegía.
Tras su muerte sabía que en Elciego (Álava) habían creado una sala-museo dedicada a él. Desde que me enteré había estado planificando el viaje, y el mismo llegó. Fuimos en busca de Cifu, pero nos encontramos que era un lunes en el que estaba cerrado. El bajón no llegó a ser agónico, porque la puerta estaba abierta; por lo visto había un grupo realizando… ¿yoga? El caso es que subimos, y el arrojo de mi compañera junto con el temor de mi hija hicieron que probásemos con la puerta dedicada a Cifu, y eureka. Estaba abierta. Entramos con sigilo y encendimos la luz. Allí estaba un espacio tan delicado como entusiasta dedicado a Cifu. Su figura casi a tamaño real nos daba la bienvenida. El lugar es una maravilla, un homenaje dulce. Una barra de bar, unas mesas pequeñas, restos de copas atrezadas y cuadros nos daban la bienvenida. Era una simulación de lo que debía ser un club de jazz. Recordé cuando le vi aquella vez en un concierto y me puse nervioso. No me atreví a molestarle. También había una recreación de un estudio de radio, y le imaginé allí. Hice fotos al guion del programa. Recuerdo que un técnico amigo que trabajó con él en muchísimos programas me contaba que cuando Cifu tenía que ir a miccionar jamás dejaba que sonase el tema sin estar él presente. Recorrí los vinilos, los cedés, y evoqué aquellos programas que tanta felicidad me habían proporcionado. Salimos sin dar un portazo. La gente seguía en su curso y nadie nos vio. Ahora quiero regresar para no ir con tanto sigilo.
Hoy he vuelto a escuchar el programa que dedicó a la publicación de esa obra maestra que fue Money Jungle de Duke Ellington. ¿Cuántas veces habré podido escucharlo? Disfruto mucho con ese trío y me detengo en Solitude, aquel tema que dedicó a su mamá cuando murió. Dijo que su vida ya no fue igual. Esa versión que aparece en el disco es mi preferida de todas. Reescuchar a Cifu es como releer, siempre aporta. Larga vida a Cifu.
Postdata cultural: Los motivos por los que se dejó de apostar por el programa de Cifu me resultan familiares al ninguneo que tiene la Junta Municipal de Villaverde para con las actividades culturales de las asociaciones. Misterios que solo dejan clara la aversión por la cultura.