El festival gratuito de música independiente regresó al auditorio de El Espinillo los días 27 y 28 de septiembre
Los pasados días 27 y 28 de septiembre tuvo lugar una nueva edición del Indyspensable, el festival gratuito organizado por la Junta Municipal de Distrito de Villaverde que se celebra cada año en el auditorio de El Espinillo. Para todo el Distrito, para todo Madrid y para todo el mundo mundial que quiera venirse a este lugar del sur capitalino con ánimo de disfrutar de diferentes propuestas, todas ellas muy interesantes, de lo que se viene a denominar “música independiente”, que como sabéis es un cajón de sastre en el que caben muchas cosas muy diferentes, y ahí está la gracia.
Viernes 27
La tarde-noche del viernes 27 se abrió con los cántabros Malamute, muy divertidos, muy rápidos y con letras muy agudas, que nos hicieron pasar un rato excelente y nos recordaron que el tontipop no solo no ha muerto sino que colea de lo lindo. Siguieron los madrileños Vangoura, indie pop electrónico con un sonido rabiosamente actual, buena muestra de la multiplicidad de caminos que se abren hoy en día en la música independiente. Propuesta más bien intensa, lo que no fue óbice para que resultara muy celebrada por el respetable.
La penúltima actuación de la noche correspondió a otra propuesta muy actual: la de Amatria, nombre artístico bajo el que se encuentra el músico y productor Joni Antequera, sin duda el chico más moderno de Ciudad Real. Salió, puso a todo el mundo a bailar y lo petó. Su sonido oscila entre lo electrónico y lo latino sin salirse del espectro del pop, y cuesta un poquito a los oídos acostumbrados al universo rock como los del que suscribe, pero cuando le pillas el punto mola lo suyo. Bravo, artista.
La noche se cerró con sonidos más rockeros: los de Rufus T. Firefly, banda de Aranjuez de onda psicodélica y largo recorrido, que se ha convertido ya prácticamente en un grupo “de culto”. Obviamente, reunieron a un nutrido auditorio que vibró con sus temas, también de una intensidad considerable.
Sábado 28
Abrieron el cartel del sábado los madrileños Carrera Blanca, que dieron un show muy majete, con momentos divertidos y otros emotivos, ingeniosas letras y mucha marcheta, en su estilo propio que ellos mismos definen como “cuquipunki”. A continuación, las sevillanas Adiós Amores, una banda que no conocía y me sorprendió muy gratamente por lo cuidado de su estética y también de su sonido. La onda era retro, con bastante de los sesenta, del rollo yeyé a las guitarras surferas, pero mezclado también con sonidos muy actuales e incluso en ocasiones caribeños o rumberos. Una paleta de colores muy amplia de un grupo que en realidad es un dúo “con refuerzos”. Bravo, Imán y Ana, y también a los demás, claro.
Los siguientes eran uno de los “nombres fuertes” de la noche: los valencianos La Habitación Roja. Y claro, atrajeron a mucha gente, algunos incluso solo venían a verlos a ellos. No defraudaron: tienen un directo muy potente, conocen muy bien a su público y conectan a la perfección. Auténticos profesionales con sobrada experiencia, dejaron alta la bandera del indie patrio y alegraron la noche a los suyos y a todos los demás.
Y para cerrar, otra apuesta fuerte: la malagueña Ana Fabiola López Rodríguez, muchísimo más conocida por su nombre artístico: Anni B Sweet. Entró también pisando fuerte y gustó mucho al respetable con su coctelera de folk, pop y psicodelia de alta intensidad emocional, desnudando su alma y dando rienda suelta al duende que lleva dentro para entrar en conexión espiritual con un público entregado desde los primeros acordes.
En resumen: como siempre, mucho, variado, de calidad y totalmente gratis para que todos y todas puedan acceder al arte y la cultura. Buen trabajo, enhorabuena y qué ganas de que llegue el próximo. Allí nos vemos.