Los colectivos organizadores de la protesta la valoran como un éxito
Enfadadas por el tercer retraso en la finalización del instituto María Goyri Goyri y hartas del “ninguneo y mala gestión de la Consejería de Educación”, un elevado número de familias del barrio han secundado el llamamiento de las AMPA de los centros educativos de Butarque y de la Asociación Vecinal Independiente de Butarque para vaciar los dos institutos del barrio el 1 de diciembre. Ese mismo mediodía, tras la escasa asistencia registrada en las aulas y la concentración realizada a las once de la mañana en la puerta del IES Juan Ramón Jiménez, los colectivos organizadores de la protesta la han valorado como un éxito.
Ha sido la primera vez en la historia de Madrid que los padres y madres no han llevado a los menores a clase para protestar por una situación “que dura ya demasiados años y que está perjudicando la calidad de la enseñanza de sus hijos e hijas”, según expresan dichos colectivos.
Las carencias en los equipamientos educativos han sido una constante en este barrio desde el principio, circunstancia que estos vecinos achacan a la política de construcción “por fases”, “que consiste en no comenzar a construir los edificios hasta que la saturación obliga a buscar nuevos espacios para el alumnado”. “Primero fue el CEIP El Greco, que tuvo que sufrir dos ampliaciones antes de estar terminado, y posteriormente este mismo centro tuvo que acoger al alumnado del segundo centro del barrio, el CEIP Ausiàs March, que estuvo funcionando tres años sin tener un edificio propio. Posteriormente, El Greco también acogió varios cursos al IES Juan Ramón Jiménez, porque este instituto, el primero del barrio, también comenzó a funcionar sin contar con un edificio propio y se construyó en un total de cuatro fases”, rememoran los convocantes de la protesta.
“Esta situación —valoran— ha condenado a dos generaciones de niños y niñas a convivir continuamente con obras, a estar hacinados dentro de otros centros, a no poder contar con los desdobles de clases ni disponer de laboratorios, bibliotecas y otras instalaciones, además de otros problemas estructurales que incluso afectan al uso de los baños”. “Actualmente, desde el curso pasado, es el IES Juan Ramón Jiménez el que acoge al alumnado del IES María Goyri Goyri, cuyo edificio debía estar terminado hace más de un año. Más de 1.500 alumnos conviven en un edificio que no está preparado para albergar de forma adecuada a tantas personas, ni tiene las instalaciones educativas necesarias para ofrecer una enseñanza de calidad”, denuncian los vecinos.