Francisco de Zurbarán nació el 7 de noviembre de 1598 en Fuente de Cantos, Badajoz. Hijo de Isabel Márquez y Luis de Zurbarán, ubicado desde 1582 en Extremadura. A pesar de que el joven estaba destinado a seguir los pasos de su padre en el negocio de la mercería, éste registró a su hijo en el taller del pintor sevillano Pedro Díaz de Villanueva, que lo tomó como aprendiz durante tres años hasta que en 1617 viajó a Llerena, Badajoz.
En la España del siglo xvii, los aprendices de pintor solían vivir en la casa del maestro, quien tenía que darles de comer, cama, ropa limpia y calzado a cambio de un pago previamente realizado por sus padres. Terminado el aprendizaje, podían continuar como oficiales o establecerse como pintores independientes.
Se estableció como pintor y contrajo matrimonio en 1618 con María Páez, que fallece en 1623, y en 1625 se casó con Beatriz de Morales. Fruto de su matrimonio con María fue padre de María, Juan (que fue también pintor) e Isabel Paula. A partir del año 1629 se instaló en Sevilla durante una treintena de años, hasta que se trasladó a Madrid, donde pinta la serie mitológica de Los trabajos de Hércules (Museo del Prado, Madrid).
Su primera obra conocida es La Inmaculada Concepción (1616), pintada cuando contaba 18 años. También un Cristo crucificado (1626-1630, Museo de Bellas Artes de Sevilla). Sus obras principales son retablos y series de lienzos para conventos. Para el Colegio Franciscano de Sevilla llevó a cabo el ciclo de historias de San Buenaventura (1629), y para los Mercedarios de Sevilla Las dos visiones de San Pedro (1629, ambas en el Museo del Prado).
Obra destacada es La apoteosis de Santo Tomás de Aquino (1631, Museo de Bellas Artes de Sevilla). A finales de la década de 1630, realizó las pinturas del monasterio de Guadalupe (1638-1645), y la serie para la cartuja de Jerez (1633-1639). En 1634, Zurbarán viajó a Madrid, donde la fama del pintor extremeño era tan grande que su propio amigo Diego Velázquez sugirió a la corte madrileña que le llamaran para colaborar en la decoración del palacio del Buen Retiro. Zurbarán se encargó de pintar los Trabajos de Hércules. Regreso a Sevilla con el preciado título de “pintor del rey”.
El 27 de agosto de 1664, a los 65 años, Zurbarán murió en Madrid. En condiciones precarias y en pleno declive de su carrera. Fue enterrado en el convento de Copacabana, destruido en el siglo xix a raíz de la desamortización de Mendizábal, perdiéndose sus restos.
El expolio napoleónico en España, obra del Gobierno de Bonaparte y del saqueo, produjo la dispersión de muchas obras de arte españolas. Las pinturas de Zurbarán fueron de las que más padecieron este expolio.
Su casa natal en Fuente de Cantos ha sido rehabilitada y dispone de las más modernas tecnologías para el visitante a la época del pintor extremeño, uno de los grandes exponentes del Barroco español. Hoy en día es uno de los pintores más reconocidos a nivel mundial.
NARCISO CASAS
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