Ya sabes que nuestra salud física y mental va a depender de nuestro estado anímico, y esta vuelta de unas vacaciones tan deseadas y ganadas con esfuerzo puede conseguir desestabilizarnos. Por eso es tan importante en este momento de reincorporación a nuestras rutinas encontrar el equilibrio emocional.
La neurociencia nos demuestra diariamente cómo unos hábitos perjudiciales refuerzan las emociones de ansiedad y depresión, en cambio unos hábitos saludables ayudan a nuestra serenidad y positivismo.
Para ello, para que consigas recuperar o instaurar unos hábitos que te ayuden a la temida vuelta de vacaciones, te invito a que sigas estas tres claves:
1. En la vuelta a la rutina establece tiempo para ti (y no te lo saltes), haz que ese tiempo sea sagrado y dedícalo a lo que sabes que te carga las pilas: ejercicio, cocinar, leer o simplemente no hacer nada. Y no te agobies con cuánto tiene que ser: aunque sean cinco minutos a la semana, lo más importante para ti y para tu autoestima es que lo cumplas, que cumplas con tu palabra contigo mismo.
2. Sigue conectado con la naturaleza. De alguna forma continúa con nuestra conexión más básica y natural, que no todo haya desaparecido en vacaciones y volvamos al duro cemento. Tumbarte en un parque, hacer una ruta, abrazar un árbol, comprar flores… Da igual el detalle, lo importante es que siga estando la naturaleza presente.
3. Si no lo tienes ya, comienza un diario de gratitud en el que apuntar al terminar el día tres cosas por las que dar las gracias a la vida. Es inigualable la energía de bienestar y serenidad que este ejercicio trae a nuestras vidas.
Te deseo una fabulosa vuelta
con mucha, mucha, mucha serenidad en tu vida.
Directora de Remodelatuvida
Socióloga coach personal y profesional
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