Después de unas Navidades de diversión, de estar con nuestros seres queridos y de alguna que otra comilona, toca abordar un mes de enero con la vuelta al trabajo y la vuelta a clase para los más jóvenes. Toca empezar a ser saludables después de un diciembre de excesos, en el que formulamos nuevos propósitos de año nuevo, como ser mejores personas, apuntarnos al gimnasio y comer más sano para quitarnos esos kilillos de más. Pero, ¿qué pasa con nuestros pies?
Existe un grupo de la población con un especial interés en el cuidado de los pies, como son las personas con diabetes. A medida que avanza la enfermedad, si no controlamos nuestro azúcar en sangre a lo largo de los años, se puede producir una neuropatía, coloquialmente mejor conocida como “pie diabético”, y que cursa con una disminución de la sensibilidad y del dolor. En consecuencia, pueden aparecer lesiones que, sin la debida inspección, podrían pasar desapercibidas y evolucionar a lesiones importantes, como una amputación, por no ser tratadas a tiempo.
Lo más importante es que se puede prevenir con un adecuado cuidado de los pies. Es de especial importancia revisarse los pies todos los días, con un espejo si es necesario, para observarnos no solo el dorso sino también las plantas de los pies. Se desaconseja andar descalzo, usar calcetines apretados o zapatos de tacón o de punta estrecha, sandalias y chanclas. No es aconsejable ducharse con el agua demasiado caliente debido al riesgo de quemaduras, ni calentarse los pies con bolsas de agua caliente.
Antes de calzarnos, también es aconsejable revisar el interior de los zapatos con el fin de detectar cualquier piedrecilla, objeto punzante o zonas irregulares o duras. Otra recomendación es comprar los zapatos por la tarde al final del día, cuando nuestros pies están más hinchados, porque así nos aseguramos de que se ajustan bien y no quedan demasiado apretados. Los calcetines deben lavarse a diario, y no se deben usar aquellos que tengan agujeros. También es necesario asearse los pies todos los días y secar muy bien las zonas entre los dedos. Es recomendable utilizar cremas o vaselina líquida u otros aceites para tener la piel bien hidratada. Por otra parte, hay que mantener las uñas cortadas rectas y limar las partes afiladas. Se aconseja que los pies sean revisados periódicamente por un profesional.
Empecemos el año con buen pie; ¡feliz 2019!
Miriam Perales Navarro. Residente de enfermería familiar y comunitaria.