ORLANDO RODRIGO ÁLVAREZ.
Uno de los errores en los que se suele incurrir en el mundo de la pareja es en dejar todo en manos del amor, creyendo que los problemas de la relación se resuelven con más amor. Cierto es que si no lo hubiera sería imposible afrontar con paciencia y comprensión ciertas situaciones y reacciones de la persona amada. Sin embargo, hacen falta otros ingredientes como el discernimiento, la sabiduría, la humildad, la voluntad y la auto-observación. Éstos no los ofrece el amor y hay que buscarlos en otro lugar, quizás en el espíritu o en la conciencia, pero seguro que nunca en el ego, el cual suele ser el gran entrometido que quiere ganar siempre la partida.
No es menos importante también pensar en nuestro compañero o compañera, al mismo tiempo que pensamos en nosotros mismos, pues si algo es contrario al amor es el egoísmo. Las relaciones de amor deberían tener todas las cualidades de una buena relación de amistad, esto es: compañerismo, sinceridad, libertad y complicidad. El amor no tolera la mentira y se resquebraja con la mínima insinceridad. Tal vez lo importante no sea buscar relaciones de cantidad sino de calidad; no más tiempo vivido juntos sino mejor vivido.