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‘Además de una novela de intriga, propongo un viaje a nuestro interior’

Juan González Delgado, profesor de Matemáticas durante 36 años, 25 de ellos en centros de Villaverde, acaba de publicar su primera novela: ‘Con el alma’

Juan González Delgado acaba de publicar Con el alma, su primera novela. Vecino de la Ciudad de los Ángeles desde que nació, ha sido profesor de instituto (de Matemáticas) durante 36 años, 25 de ellos en centros educativos del Distrito. “Aquí estuve 3 años en el Celestino Mutis, mi época de interino. Luego me dieron destino definitivo en Leganés: el Juan de Mairena, que ahora se llama Pedro Duque. Y luego ya en El Espinillo 22 años”, me detalla sentados en el salón de su casa, donde él y su mujer, también de la Ciudad de toda la vida, me recibieron de forma muy acogedora y le hice la entrevista que sigue.

Bueno, lo primero de todo: preséntanos tu novela… ¿Qué va a encontrar el lector en Con el alma?

Con el alma parte de un secuestro de un chico de 12 años. El secuestrador plantea un juego muy macabro en el cual van a tener que resolver ciertos enigmas matemáticos para intentar mantenerle con vida. La novela tiene un trocito mío: uno de los personajes es un profesor de instituto, y no es casualidad. Lo que pasa es que está un poquito “transformado”: tiene solo 40 años y además está soltero, lo que me ha dado “problemillas” en casa [sonríe, pícaro], porque me han dicho mis hijos: “Nos has eliminado en un plumazo. No contamos para nada”. Pero bueno, tiene una razón de ser que se ve luego en la novela… Dado el género, el mayor énfasis lo hago en toda la intriga, que hasta el final mantiene un poquito en vilo. Aparte, trata muchos temas, como la amistad sobre todo: hay un problema, el inspector tiene dos amigos pero la relación no pasa por el mejor momento, entonces tienen que arreglarlo… También están presentes el odio y la venganza, que no nos llevan a nada… Y frente a eso está el perdón. Qué difícil es perdonar y cuánto nos cuesta pedir perdón: el orgullo construye siempre un muro grande, grande, y tendemos a pensar que nosotros tenemos razón… Luego también está la autoestima, y un montón de temas más.

En este sentido, el otro día me hizo un comentario una persona en el pueblo que fue lo más bonito que me han dicho hasta ahora de la novela. Me dijo: “Me ha gustado mucho, y sobre todo esta novela empuja a ser mejor persona”. Ese comentario me llegó al alma.

Es tu primera novela, ¿cómo ha sido escribirla?

Pues la verdad es que esto no se lo esperaba nadie… Me jubilé y a los cuatro días ya echaba de menos las clases. Los primeros meses lo pasé mal: echaba mucho de menos a los alumnos, mi contacto con ellos, la tutoría, todo eso… Entonces me dije: “Voy a empezar a escribir una novela”.

¿No habías escrito nunca?

Nunca jamás. Pero yo tenía pensado escribir algo de mis vivencias como profesor y mezclarlas con alguna otra trama, y tenía alguna idea ya en mente. Y la verdad es que se convirtió en mi válvula de escape, porque necesitaba desconectar un poquito de eso que echaba de menos… Y además me absorbía totalmente: me pasaba a lo mejor tres horas buscando información en internet para moldear alguna faceta de mi asesino, o algún detalle de la trama. Hay que atar muchos cabos y darle muchas vueltas, así que al final le he dedicado un montón de horas. Han sido seis o siete meses, y me ha gustado. Así que ahora que ya le he cogido el tranquillo estoy escribiendo la segunda, pero muy despacito.

Y mientras estás promocionando ésta…

Sí, aunque de momento he hecho una presentación solamente en el pueblo: Rivilla de Barajas, de Ávila. Ahí tengo a mis amigos y mi familia, y allí me han preparado mi primera presentación, que me hizo muchísima ilusión. Salió muy bien: es un pueblo que tiene 50 habitantes, y en verano puede llegar a 200. En la sala donde estuvimos haciendo la presentación había 70-80 personas. Venía mucha gente que ya había comprado el libro y otros que lo compraron en ese momento. Y yo no daba crédito, la verdad es que fue una experiencia maravillosa. Luego estamos preparando una en el instituto. Teníamos puesta una fecha ya, pero ha habido que aplazarla y probablemente será en enero.

¿Qué te atrajo de la enseñanza?

Yo hice la carrera de Matemáticas ya pensando en ser profesor. Vocación total, total. Y debo decir que he disfrutado un montón. Tengo la suerte de haber trabajado disfrutando, que es una cosa bastante complicada, ¿no? Yo, cuando acababan las vacaciones, veía a muchos amigos en el pueblo ya quemados, pero yo no. Llegaba septiembre y ya tenía la expectativa: qué alumnos me van a tocar, qué cursos voy a tener, a ver cómo preparo las cosas, cómo consigo que esos alumnos se impliquen… Porque las Matemáticas todos sabemos que siempre han sido uno de los “ogros”, ¿no? Así que uno de mis objetivos era que no sea la asignatura que ellos odien, todo lo contrario: que estén a gusto en clase y que no tengan miedo a la asignatura.

De todos estos años de docencia, ¿con qué te quedas?

Con mi relación con los alumnos. He tenido experiencias geniales. En el Celestino Mutis, donde estuve los primeros años, era tutor de 2º de BUP, equivalente a 4º de la ESO ahora, y el día que me casé con mi mujer se me presentaron en la iglesia. Salí del coche y me encontré 15 o 16 alumnos del instituto que se habían acercado para estar conmigo en ese momento. Luego nació mi hijo, y como me llevaba muy bien con ese grupo y habíamos mantenido la relación, les avisé y les invité si les apetecía venir un día a tomar café, y vinieron 5 o 6 a conocer al niño.

Luego, a mí lo que más mi ilusión me hace es cuando vas por la calle, te encuentras a algún antiguo alumno o alumna y te saluda, te da un abrazo o un beso y te cuenta cómo le ha ido. Porque entiendo que si me paran por la calle y quieren saludarme, es que han estado a gusto, ¿no? Si no, mirarían para otro lado y pasarían de largo, digo yo…

Y has sido también entrenador de fútbol, ¿verdad?

También, además en muchos equipos de aquí del barrio. Treinta y tantos años, y además tengo el título de entrenador nacional. Estuve en el Boetticher, en el Villaverde Bajo, en el BASE Villaverde de fútbol… En todos los equipos de por aquí. Y luego también estuve con los pequeños del Atlético de Madrid. Y la verdad es que muy bien: es una faceta que también he disfrutado mucho.

¿Quieres mandar algún mensaje a los lectores?

Que espero que les guste la novela. Desde luego, está escrita con todo el cariño y con toda la intención. Además de una novela de suspense, de intriga, lo que propongo es un viaje a nuestro interior: que pensemos. Y si a alguien le hace pensar un poquito y replantearse alguna cosa que en su vida no esté funcionando, pues no puedo pedir más.

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