JUAN CARLOS VALDERRAMA.
Eres y has sido siempre una mujer luchadora que buscas siempre promover el emprendimiento, trabajadora como tú no hay dos. Ganadora, aunque caigas siempre te levantas. Observadora de todo lo que pasa cerca de tu familia, comunicadora con los tuyos compitiendo hoy con la tecnología de los celulares, formadora de tus hijos y de los que no lo son. Conquistadora no de un hombre, sino de la vida misma.
Fuiste y has sido muchas veces vulnerada, agredida, violentada; eres cual pétalo de una flor delicada, pero a la vez fuerte como la flor de loto, renovada y reinventada siempre, integrada aunque no pareciera al momento actual, capacitada en la vida misma, empoderada por las circunstancias, involucrada con los temas de tus hijos y tu familia, preparada casi para todo.
Tu estado siempre es activo y de alerta, por lo que eres proactiva, involucrada y participativa en todo tipo de eventos aunque no conozcas sus reglas.
Eres valiente y noble porque asumes la conducción de una familia responsablemente, de forma competente, muchas veces sin estar preparada o educada para ello, pero tu resiliencia te hace competente sin importar tu nivel educativo, porque siempre lo haces con amor.
Tu generosidad y transparencia te hacen enfrentar con transparencia los retos del día a día, con una valentía y coraje que nos muestran las fibras de las que estás hecha. La fuerza interior que tienes te hace imparable; estable ante la adversidad y la tristeza, muestras esa alegría y felicidad que te hacen una mujer íntegra para enfrentar al mundo.
Aunque algunas veces tu camino parece el incorrecto, tomas decisiones en las que el fin circunstancial justifica tus actos, por lo que la conciencia de tus acciones tiene un gran valor y te convierte en una mujer corajuda y heroína de tu familia, y tu valor te engrandece.
Serás siempre bonita, preciosa y femenina aunque pasen los años a los ojos de quienes te quieren. Tu recuerdo siempre estará en los que te conocieron y amaron, porque sembraste en ellos valores que no tienen relación con el dinero, sino con la ética y la moral, la solidaridad, la igualdad, la generosidad y la justicia social.
El poder de ser mujer no tiene límites. Se equivocan los que la definen como “el sexo débil”: eres líder en todos los campos, símbolo y ejemplo de honestidad, generosidad y amor.
A ti, a usted que siempre quiso a sus hijos por encima y a pesar de toda circunstancia, a las mujeres en general.
Este homenaje es realizado con el mayor cariño y amor para las mujeres, y las palabras siempre serán cortas y escasas. Entre ellas está su madre, la mía y la de todo aquel que tenga la oportunidad de leer el presente. No hay día, mes o año para recordar a una mujer, a una madre, después de todo ellas nos han traído a este mundo y siempre seremos parte de ellas. Es imposible no dejar caer unas lágrimas…
A ti, mujer.
A mi manera.