A prisión por tu hijo
Carlos Gómez Cacho.
Experto en Tecnología e Internet.
Con este impactante título he querido llamar la atención sobre las responsabilidades que los padres pueden llegar a tener en el mal uso de la tecnología de sus hijos, y los posibles ciberdelitos que, de forma consciente o inconsciente, se pueden llegar a dar.
Por ejemplo, hoy en día, por desgracia, se cometen numerosos casos de ciberacoso entre los adolescentes, delito en el que se puede incurrir tanto desde redes móviles como desde el ordenador de casa, a través de Internet. La responsabilidad de esos delitos inicialmente puede recaer sobre los propietarios de esos dispositivos y servicios, que generalmente son los padres, y a los que las fuerzas del orden, en su investigación, van a pedir cuentas en primera instancia. Pudiera darse el caso de que un padre o una madre tuviera que denunciar a su propio hijo o asumir las responsabilidades directamente, incluso yendo a la cárcel. Parece una situación extrema, pero se ha dado y se da en más ocasiones de las que pensamos. Hay que tener en cuenta que, cuando ocurre, no es porque nuestros hijos sean ciberdelincuentes, sino que por su juventud son desconocedores de muchas consecuencias de sus actos, muy influenciables y con acceso a una tecnología que manejan pero que no saben utilizar.
Resolver estas cuestiones y preverlas solo es posible mediante una mayor educación sobre estos temas. El desconocimiento de la tecnología por parte de los padres no les exime de esa responsabilidad, pues hay formas de reducir esa brecha digital. Si bien la tecnología avanza muy rápidamente, hay que proveer por ello de medios a los educadores (padres y profesores), con programas educativos acordes con los tiempos, herramientas tecnológicas, asistencia, e insistir en el constante reciclaje de dichos educadores.
Con todo esto mi objetivo es hacer reflexionar sobre cómo se utiliza la tecnología, en este caso por los menores de edad, responsabilidad de sus padres. No se trata de recortar su acceso a esos medios, sino que deben aprender a utilizarlos. La tecnología puede ser buena o mala, según como la utilicemos. ¿Sabéis qué hacen vuestros hijos con sus medios?