HISTORIA DE VILLAVERDE
5.3. Villaverde en 1848
Pascual Madoz nació en Pamplona en 1806. Hizo la carrera de Derecho en Zaragoza. Exiliado en Francia de 1830 a 1833, vuelve a España gracias a la amnistía decretada por la regente Mª Cristina de Borbón. Al año siguiente le encarga preparar un Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar que concluye en 1850.
El diccionario está compuesto por 16 volúmenes, publicados entre 1845 y 1850, y en él se recoge información de todas las localidades de España, incluyendo datos sobre demografía, instrucción pública, beneficencia, industrias, comercio, caminos, riqueza territorial, impuestos, etc. Por todo ello, es una fuente de primera mano para conocer la realidad de los pueblos y ciudades de España a mediados del siglo XIX.
Según el diccionario, Villaverde pertenecía al partido judicial de Getafe. En terreno llano, con clima templado propicio a enfermedades tercianas (paludismo o malaria, producida por mosquitos) o dolores reumáticos. Tenía 147 vecinos, 876 habitantes, 100 casas de mediana construcción, escuela de primeras letras dotada con 2.200 reales y otra de niñas, que pagaban los padres de las 22 niñas que acudían a ella. En el camino real a Aranjuez tenía dos paradores y varias casas en las inmediaciones del Manzanares.
El terreno era de buena calidad y producía trigo, cebada, garbanzos, algarrobas, hortalizas de buena calidad y melones. En ganadería tenían ganado lanar, cabrío, vacuno y mular. En cuanto al comercio, había exportación a Madrid de trigo, garbanzos y muchas hortalizas. Importaba carne, vino, aceite y arroz.
5.4. Villaverde en 1889
D. Justo Montero de Cruz fue maestro de la escuela de niños a finales del siglo XIX y escribió un libro sobre “Villaverde de Madrid” contando con los documentos que había en el Ayuntamiento pero sin datos de los primeros siglos de la fundación de Villaverde. De lo que él conoció resumo lo más significativo para acercarnos a la realidad de Villaverde a finales del siglo XIX.
En 1889 tenía 300 vecinos (1.200 habitantes), 621 varones y 579 mujeres, 5 eran extranjeros. En 1900 contaba con 1.388 habitantes. La mayoría de los varones eran jornaleros.
Era un pueblo esencialmente agrícola, destinaban 5.900 fanegas al trigo, centeno, cebada, avena, garbanzos, guisantes, habas, algarrobas, melones y sandías. A hortalizas de todas clases destinaban 120 fanegas, que vendían en Madrid. Tenía 92.000 cepas que producían unos 40.250 kilos de uva, equivalente a 19.400 litros de vino de regular calidad. Solo quedaba un tejar en 1891 de los seis que hubo antiguamente. El núcleo del pueblo estaba compuesto de 16 calles y dos plazas: la Constitucional (Mayor) y plaza de Isabel II (Ágata).
Tenía un pósito, edificio-granero, destinado a almacenar trigo, cuyo objetivo fundamental era abastecer a los agricultores en los tiempos de carestía y la prestación de granos a los labradores para la siembra, evitando así acudir a los prestamistas usureros y para controlar los precios.
La enseñanza era gratuita de 6 a 12 años para ambos sexos y de 12 en adelante para los adultos. El Ayuntamiento corría con los gastos de “libros, papel y plumas”. Había escuela de niños, de niñas y para adultos. Según Montero de la Cruz solían asistir 90 niños, 70 niñas y 40 adultos. Más del 90% de la población sabía leer y escribir.
A lo largo de la historia, la humanidad siempre encontró momentos para olvidar sus fracasos, problemas, celebrar sus alegrías y comunicar sus vivencias. Las fiestas siempre han sido una necesidad humana porque nos alegran la vida, facilitan la comunicación, nos proporcionan nuevas relaciones, reencuentros y momentos inolvidables para recordar. Las fiestas que se celebraban a finales del siglo XIX eran: el 20 de enero San Sebastián, en la ermita que estaba a la salida del pueblo, frente al jardín del conde, y como era costumbre se repartía pan, vino y queso a los asistentes; el 30 de noviembre celebraban la fiesta del patrono del pueblo, San Andrés; el 16 de agosto, San Roque en la ermita donde luego harían el cementerio. En la fiesta del Corpus Christi los jóvenes preparaban todos los años una danza.
Por esa época les gustaba el teatro y los juegos más populares eran el mus, la brisca, el tute, el tresillo, el dominó y el billar. También disfrutaban de los encierros, desde la calle del Baile, hoy Albino Hernández Lázaro, hasta la Plaza Mayor, pasando por la calle del Barco. Las capeas solían hacerlas en la plaza Parvillas.
Eran muy aficionados a la caza de la liebre, pero no con escopetas, sino a caballo y con galgos, para divertirse.
5.5. Subastas de tierras y casas en 1897
El Boletín oficial de la provincia de Madrid publicó el 13 de febrero de 1897, en el nº 38, las tierras y casas que iban a ser subastadas en el Ayuntamiento el día 22 de febrero. Con ello nos proporciona datos del lugar donde se encontraban las tierras y casas a subastar, con el nombre de los propietarios y los vecinos que las rodeaban. Información que nos ayuda a conocer la estructura del callejero del pueblo.
El siguiente cuadro es un resumen de la situación de muchas tierras y casas que se subastaban y el valor de salida en la subasta en pesetas (elaboración propia).


‘EL MADOZ’
El Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar fue publicado por Pascual Madoz entre 1845 y 1850. También conocido como «el Madoz», con 16 volúmenes y unas 11.600 páginas en total, es una muy importante referencia para las consultas de geógrafos, historiadores, arqueólogos e investigadores varios.
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