HISTORIA DE VILLAVERDE
2. EDAD ANTIGUA (3.000 a. C. – 476 d. C.)
2.2. Época romana
Los romanos empezaron a conquistar Hispania en el 218, y después de las guerras celtibéricas (154-133) consiguieron pacificar el territorio de Madrid perteneciente a la Carpetania, a mediados del siglo II a. C., por acciones bélicas o por pactos, incorporándolo a la romanización.
Al comienzo, perteneció administrativamente a la Hispania Citerior, y con la división de Augusto pasó a pertenecer a la provincia Tarraconense.
La necesidad de organizar las tierras conquistadas con el fin de administrar el territorio, rentabilizar sus recursos naturales y recaudar impuestos supuso la delimitación de parcelas agrarias.
Su condición de zona de paso y el carácter eminentemente rural de su población hizo que los romanos no crearan ciudades importantes en la zona, si exceptuamos Complutum, Titulcia, Miaccum (Casa de Campo) y Mantua.
Se asentaron principalmente en valles dispersos en torno a vías y arroyos, buscando tierras fértiles para los cultivos y buenos pastos para el ganado.
La ocupación rural tuvo diferentes formas, pero la más importante y conocida fue la de las villas rústicas o de explotación de la tierra a gran escala, dentro del sistema de explotación latifundista romano. Solían tener los edificios dos zonas, una para el ocio y disfrute del propietario y su familia (zona residencial, más lujosa) y otra dedicada a la servidumbre, ganado, granero, material agrícola, etcétera.
Fue descubierta una villa romana en Villaverde en 1927 por el profesor del Colegio del Pilar Fidel Fluidio cuando paseaba con algunos de sus alumnos. Encontraron trozos de cerámica (terra sigillata). Será excavada en 1928, por José Pérez de Barradas (Barradas, 1932). Por esas fechas las tierras pertenecían al duque de Híjar.
Estaba situada en una terraza del río Manzanares, formando una pequeña llanura, en el barrio de Los Rosales, enfrente del edificio Novosur, con una explotación agropecuaria de agricultura, ganadería, pesca, caza, huertos y explotación forestal.
La primera villa se situó en torno a los siglos I-III d.C., siendo destruida por un incendio a finales del siglo III. Junto a ella se encontró un horno de cal y un depósito de agua.
Se recuperaron una lámpara de bronce y tres fragmentos de columnas, ambos del siglo I; una jarra de bronce (s. II); monedas de bronce (cuatro ases de diferentes épocas); la cabeza de Silvano (de alabastro), dios protector del campo, de los bosques y del ganado; una cuchara de cobre (ss. I-III); dos mangos de cuchillo de hueso; una hoja de cuchillo de la misma época; cerámica indígena y romana, que demuestra un cierto mestizaje; molinos de piedra; y una olla de cerámica indígena (Bailón García, 2017).
En la segunda villa, construida sobre la anterior a finales del siglo III, se encontraron: un cuenco de terra sigillata; grandes tinajas de tradición indígena; un mosaico de 5,52 por 2,20 m, con motivos geométricos, que cubriría el pavimento de una de las habitaciones (Barradas lo fechó a principios del siglo III, y Blázquez en el siglo IV); varios fragmentos de pintura mural de dos habitaciones, imitando mármoles, con la misma cronología que el mosaico. Esta villa estuvo habitada hasta el siglo V.
Cerca de la villa romana, en el arenero de Martín (San Fermín), entre la carretera de Andalucía y el camino de Perales del Río, se descubrieron seis sepulturas romanas, tres de ellas en fosas excavadas en el suelo. La mejor conservada parece que era de una mujer joven en posición de decúbito supino.
En los yacimientos del polideportivo de El Espinillo se encontraron también varios basureros de época romana, por lo que estarían, por su proximidad, relacionados con la villa romana inferior. También se encontraron restos romanos, según Pérez de Barradas, en el arenero del puente de Villaverde Bajo.
Solían estar bien comunicadas: las de Villaverde estaban cerca de una antigua vía romana, que transcurría desde el puerto de la Fuenfría, pasaba por la Casa de Campo, Villaverde y por Getafe y llegaba a Titulcia y a Aranjuez.
Todos los restos encontrados se encuentran en el Museo de los Orígenes (San Isidro) de Madrid, vitrina primera.