La población visigoda, una vez asentados definitivamente en Hispania en las últimas décadas del siglo V y las primeras del VI, se repartió en pequeñas aldeas o granjas en los cursos bajos de ríos como el Manzanares, dedicados a la explotación agrícola y ganadera, continuando con las formas de producción y organización social de los romanos. La granja de Pista de Motos estuvo poblada también en la alta Edad Media y se encontraron silos destinados al almacenamiento de cereal, siendo reutilizados como vertederos en algunas ocasiones. Las estructuras que predominaban eran las cabañas, semiexcavadas, con planta rectangular u ovalada, muros de tapial y cubiertas de teja curva con suelos de tierra apisonada, en granjas de una o tres familias con necrópolis pequeñas y organización informal. Las aldeas tenían un número mayor de unidades familiares, que podían incluir a varios trabajadores y se explotaban individual o comunitariamente. Las necrópolis estaban más organizadas y eran utilizadas durante generaciones. Se excavó un enterramiento visigodo.
En época musulmana, el territorio de Al Ándalus estuvo poblado en el campo por alquerías o almunias, como Zurita y La Algarrada, en la ribera del Manzanares de Villaverde, cerca de la antigua villa romana. Probablemente utilizaron o construyeron una atalaya para vigilar el vado, llamado después “de Santiago el Verde”. Los molinos de La Pangía posiblemente los construyeron los musulmanes, porque el nombre deriva del árabe. En el yacimiento de Pista de Motos, con restos desde el Neolítico, se encontraron dos enterramientos según el rito islámico de finales del siglo VIII d. C. o principios del IX.
El origen de Villaverde
A pesar de haber estado la zona poblada desde el Paleolítico, el origen de Villaverde en lo que hoy llamamos el barrio de San Andrés o Villaverde Alto, data de la Edad Media, cuando Alfonso VI (1072-1109), en 1085, camino de Toledo reconquistó esta zona a los musulmanes. En la conquista de Toledo le acompañaron caballeros de la orden militar de Santiago, y en agradecimiento por su ayuda (era frecuente) les dona una encomienda con la condición de controlar y defender el vado del río Manzanares, cobrando el impuesto de barcaje para pasarlo. Según la tradición, el origen de Villaverde sería la donación de estas tierras en torno al vado de Santiago el Verde, que se encontraba en el paso del río Manzanares en dirección a Vallecas, junto a la villa romana, hoy bajo la M-40 y los puentes ferroviarios que cruzan el río por esa zona. Los caballeros de Santiago levantaron una ermita en el lugar, dedicada a Santiago y a San Felipe.
Entre los siglos XII y XIII, el núcleo poblacional en torno al vado de Santiago el Verde se trasladó al lugar ocupado hoy en día por San Andrés o Villaverde Alto, entre los arroyos Butarque y Malvecino (también llamado Horcajo), un lugar alto, menos húmedo y lejos de las crecidas del Manzanares y de las infecciones de los mosquitos que originaban paludismo en la ribera del río.
El arroyo Butarque nace en el término de Boadilla del Monte, pasa por los de Alcorcón y Leganés, entrando en el término de Villaverde cruzando la carretera de Toledo. Pasaba por la actual calle de Arroyo Bueno y la calle Cifuentes, cruzando la avenida de Andalucía entra en el barrio que lleva su nombre y desemboca en el río Manzanares. Tiene una longitud de 19.000 m, de los cuales un 25% discurría por el distrito de Villaverde.
El origen medieval de Villaverde fue la suma de los demás poblados que había en la ribera derecha del Manzanares, entre la carretera de Villaverde a Vallecas y la desembocadura del arroyo Butarque en él, que de norte a sur eran: Santiago el Verde, La Algarrada, Casa Blanca, La Hormiguera, La Sopeña, Casas Viejas, Zurita o Zorita, Rabudo (Grupo de Investigación del Parque Lineal del Manzanares). Todos ellos anejos de Villaverde.
El aprovechamiento de las aguas de los arroyos o pozos se producía con norias para regar los huertos de sus orillas. Actualmente no hay rastro de ambos arroyos. Como testimonio queda una calle por donde pasaba el arroyo Butarque, llamado en la actualidad Arroyo Bueno. Allí se va a consolidar la nueva población como un núcleo rural estable.
Sexmo
En 1202, el rey Alfonso VIII (1158-1214) concede a Madrid un fuero. En 1208, un documento del mismo rey establece los límites entre la jurisdicción de Segovia y la de Madrid. La de Madrid tenía un término o alfoz, a efectos fiscales, dividido en tres sexmos con sus aldeas: el de Vallecas, el de Aravaca y el de Villaverde, que comprendía a Griñón, Cubas, Fuenlabrada, Getafe, Parla, Humanes, Pinto, Perales del Río, Torrejón de la Calzada, Torrejón de Velasco, Villaverde y La Algarrada.
En esta época, Villaverde estaba rodeada de tierras de cereales, pastizales, algunos huertos y frutales, regados con agua de norias y con una industria de hornos de pan, de tejas y ladrillos, que abastecía a Madrid.
Los bienes del común o comunales, ejidos, abrevaderos, vados, prados, dehesas, montes, arenales, sotos, etc., de la ribera del río Manzanares, pertenecían al concejo y podían ser utilizados por los vecinos de la villa y tierra. A partir del siglo XV ya fueron usurpados algunos de ellos por familias destacadas de la villa de Madrid. Entre otros, en Villaverde, la familia de los Luzón y la de los Vargas, en la época de Juan II (1406-1495).
Desde 1085, Madrid se incorporó al reino de Castilla y pasó a ser gestionada por una pequeña oligarquía de caballeros que controlaban la economía y el gobierno de la villa. Los más importantes linajes fueron los Vargas, Ramírez y Arias. A partir del siglo XIV se les añaden los Luzones, Zapatas, Mendozas y Vozmediano.
Los poblados y los despoblados
En los padrones de 1413-1414 aparecen los poblados, Villaverde, La Sopeña, Casa Blanca y Casas Viejas; y los despoblados, Hormiguera, La Algarrada, Santiago el Verde, Zurita (Zorita) y Rabudo. En el siglo XIV algunos debieron de despoblarse.
El asentamiento cristiano de Santiago el Verde es posible que utilizara el lugar de poblamiento y de una atalaya musulmana. Figura en dichos padrones como despoblado y quedó como ermita aneja de Villaverde en los siglos XV y XVI. Desde el siglo XV, según Montero de la Cruz, los vecinos de Villaverde celebraban todos los años una fiesta el 1 de mayo bajando en procesión por la llamada “vereda de los Rosales” hasta la pradera de la ermita, donde el concejo invitaba a pan, vino y queso. La talla de madera de la Virgen María se trasladó a la basílica de Nuestra Señora de Atocha en el siglo XVII.
La Algarrada tenía en 1422 prados y pastos comunales. Debió de despoblarse en el siglo XIV, aunque es posible que continuasen algunos pobladores o se asentasen algunos, tiempo después. En 1530, aunque consta oficialmente como despoblado, tenía diez vecinos. Su despoblación definitiva fue en 1551 (Relaciones… de Felipe II).
En La Hormiguera había un prado comunal, viñas y un abrevadero en 1422 (Gómez Iglesias, 1970). En 1495, Francisco Luzón tenía una tierra con un puentecillo que cruzaba el río. En el siglo XV se cita varias veces en el proyecto de amojonamiento de la dehesa de la Arganzuela.
La Sopeña, que tenía un prado comunal, en las relaciones de 1413-1414 estaba poblado, pero con pocos vecinos.
En La Pangía, cerca de Sopeña y en la margen izquierda del río, tenía soto, presa y un molino, de dominio comunal del concejo.
Zurita tenía soto y ejido. En las citadas fechas aparece como despoblado, pero debió de recuperarse demográficamente, porque en 1511 pagaba impuestos. Se despobló definitivamente en 1551.
Rabudo aparece como despoblado en los padrones citados. Para algunos historiadores fue el núcleo fundacional de Villaverde. Es el único lugar de la tierra de Villaverde que se cita en el capítulo XXXIX del fuero “de los ejidos y abrevaderos”, de Madrid de 1202, como aldea con abrevadero. Mantuvo población en los siglos XIII y XIV para despoblarse en el siglo XV. Sin embargo, según el Libro de visitaciones y cuentas de las iglesias, ermitas y clérigos de Madrid y de su arciprestazgo, en 1427 Martín Sánchez visita la iglesia de Rabudo, de la que hace el inventario de gastos, bienes y objetos litúrgicos. Estaba situado en el camino de Getafe a la casa de la Torrecilla, por donde atraviesa el río Manzanares, la Cañada Real de las Merinas, cerca de la desembocadura del arroyo Butarque. Los ejidos y abrevaderos estaban destinados a la ganadería extensiva y a su libre circulación, por lo que la permanencia en dichos lugares estaba prohibida bajo multa de dos maravedíes.
Documentos del siglo XV (Cayetano Martín, 1991) nos hablan de viñas, molinos, dehesas, lugares y propietarios. En 1400, los lugares que tenían población, aparte de Villaverde, eran La Algarrada, La Pangía y Zurita. En 1427, el concejo de Rabudo adquirió una dehesa en las inmediaciones de la población. Miguel Muñoz vendió en 1435 un viñedo a Alfonso González y a su mujer Blanca González en el paraje llamado El Casar (Villaverde), con una extensión de una fanega, por el precio de 1.200 maravedíes. En este mismo año, los molinos de La Pangía y La Algarrada, y los sotos e islas formadas por el río Manzanares en esos lugares, eran de Alfonso de Águilas. Un documento de 1438 refleja la venta por parte del concejo de Villaverde de una parte de la dehesa de Rabudillo, barrio cercano a Rabudo. En 1447, la viña de Pumares tenía 250 vides y se la vendió Martín Fernández, vecino de Villaverde, a Alfonso González, por importe de 1.450 maravedíes. Con ello, Alfonso González se hizo con las dos viñas.