Buscando temas que se ajusten a las circunstancias que envuelven al mes de junio, Marta Arribas me propuso las graduaciones y las comuniones. Yo lo he unido y he querido ver la graduación como un sacramento civil.
La santísima graduación
Permítame decir, señor decano,
que ya me bautizaron de pequeño,
en una iglesia, estilo prerromano:
la excitación aún me quita el sueño.
¿Primera comunión? Aquel verano,
poniendo yo en la fe un ingente empeño,
perdí en un afteragüers toledano
mi crédito en un dios hecho a diseño.
Si nunca hice esfuerzos por casarme,
menor fue mi interés por ser vicario;
confirmo que renuncio a la unción,
y, si acaso, he de confesarme,
por solo no elegir mi vestuario,
rehúso recibir la graduación.
Javier Báez