Técnicos de Ayuntamiento y CAM niegan que haya plaga.
Tremendo verano el que ha vivido Villaverde, y en especial el barrio de Butarque, donde a los rigores de la ola de calor que ha venido sacudiendo a toda Europa y las molestas picaduras de insecto habituales en esta época, ha habido que añadir los mordiscos de un nuevo “turista” invertebrado, la mosca negra, y un aumento de los malos olores. Algo que, como decimos, Butarque ha sufrido en especial, pero que también se ha hecho notar por todo el Distrito.
El hedor ha motivado la continua protesta de los habitantes del barrio, de forma individual y también colectiva a través de la Asociación de Vecinos Independiente de Butarque. Como explican desde AVIB, “el hedor en este barrio no es algo nuevo. La cercanía de las viviendas con cuatro depuradoras (la estación depuradora de aguas residuales La China, La Gavia, Butarque y Sur) y el estanque de tormentas de Butarque provoca que el barrio sufra malos olores durante todo el año desde diferentes fuentes de emisión, si bien en verano la situación se agrava, ya que se producen con más frecuencia, vienen acompañados de poblaciones de mosquitos, e impiden que vecinas y vecinos puedan abrir las ventanas para combatir el calor. A esta situación se añade que en las últimas semanas se ha venido detectando un olor a quemado que podría provenir incluso de la planta de Valdemingómez, que concentra la práctica totalidad de las instalaciones de tratamiento de Residuos Urbanos de Madrid y en la que se tratan más de cuatro mil toneladas al día de basura”. La asociación lo ha denunciado en numerosas ocasiones ante la Junta y ante el Área de Medio Ambiente y Movilidad del consistorio, sin obtener solución.
Respecto a las moscas. AVIB apunta: “Este año se da la circunstancia de que las fuertes lluvias de primavera, junto a otros factores ambientales, han favorecido el aumento de la población de la mosca negra en zonas cercanas a ríos, acequias de regadío o en lugares donde el agua corra. Butarque, cercano al Parque Lineal del Manzanares y que cuenta con un huerto urbano, parece reunir todas las características para atraer a grandes poblaciones de este insecto”. Las farmacias del barrio reconocen que la venta de productos de prevención y tratamiento contra las picaduras se ha disparado en verano. Además, al menos cuatro personas han necesitado asistir a un centro de salud o a las Urgencias del Hospital 12 de Octubre debido al dolor o a los problemas de alergias que pueden provocar infecciones o reacciones excesivas. También en este asunto la asociación vecinal viene insistiendo al Ayuntamiento para que actúe.
Reunión
El 23 de agosto se reunían técnicos de las áreas de gobierno de Medio Ambiente y Movilidad y Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento con profesionales de la Comunidad de Madrid concluyendo que, “actualmente no existe en la ciudad una plaga del insecto conocido como mosca negra”. Según nota de prensa del consistorio, “Una vez que los técnicos de las diferentes áreas del Gobierno municipal y regional han realizado un seguimiento y un diagnóstico de la situación, han determinado normalidad en las picaduras registradas, según se desprende de los indicadores disponibles por ambas instituciones. No obstante, ambos equipos técnicos han acordado reforzar las medidas de vigilancia en el río Manzanares, a pesar de que este tipo de insectos son frecuentes en muchos ríos de España y no se consideran transmisores de agentes infecciosos o parasitarios peligrosos para el ser humano”. También, “al tratarse de un tipo de insectos picadores potencialmente molestos y problemáticos, aun cuando no son peligrosos, ambas Administraciones han acordado adoptar medidas de prevención, vigilancia y, en su caso, control directo”.
En resumen: dicen que no hay plaga, pero a la vez toman medidas. El caso es que moscas hay, pocas no son, muerden bastante, los efectos de la mordedura son bien molestos y tardan lo suyo en desaparecer. Hemos cruzado correos con AVIB, quienes nos resumían el 24 de agosto: “hemos salido en todos los medios este verano, y parece que la cosa no es una broma, ya que hay un problema serio que no solo afecta a nuestro barrio. Nosotros lo relacionamos mucho con el río, las depuradoras, el mal olor que nos ha acompañado todo el verano… Seguramente la lluvia ha tenido mucho que ver”. La asociación vecinal exige al Ayuntamiento un plan de acción, y han remitido una carta a la delegada del Área de Gobierno de Medioambiente y Movilidad, Inés Sabanés, “para que se pongan las pilas”. Desde AVIB esperan que les reciban a principios de septiembre para tratar este tema. Seguiremos informando.
ROBERTO BLANCO TOMÁS