CARLOS RODRÍGUEZ EGUÍA
Era un 12 de octubre de 2017. Sobre el cielo de Madrid, aviones del Ejército del Aire marcaban los colores rojo y amarillo de la bandera española. Los mismos colores del pabellón en los buques de la Armada española desde 1785, en el reinado de Carlos III. Idénticos a los que en un 13 de octubre de 1843 se adoptan para la bandera nacional, en el reinado de Isabel II, y que desde el 19 de julio de 1927, reinando Alfonso XIII, los utiliza la Marina Mercante. Es la bandera que se ha podido ver, en octubre de 2017, en Campos Ibáñez, en el barrio de Los Rosales.
Un transeúnte, en un día laborable de octubre de 2017, al ver dos banderas españolas en pisos próximos de Campos Ibáñez, pregunta a los que están en la parada del autobús: ¿qué fiesta es hoy? Una voz joven responde: si lo preguntas por las banderas que ves, están ahí desde hace días.
Lo mismo ocurre en otras calles de Villaverde. Banderas españolas con escudo y sin él. Las constitucionales llevan el escudo aprobado el 5 de octubre de 1981. Dos franjas rojas horizontales y en medio una amarilla de doble tamaño distinguen esta bandera de la catalana (cuatro barras rojas sobre fondo amarillo), llamada señera (senyera), usada por los reyes de Aragón y por los territorios que gobernaban, como el condado de Barcelona y, por extensión, el principado de Cataluña. En el siglo XX surge una versión de la señera: la estelada (con una estrella), vinculada al movimiento independista y con variantes. Las banderas españolas en Campos Ibáñez y en otras calles de Villaverde, en octubre de 2017, constituyen una manifestación popular frente al independentismo de la estelada.
Llama la atención que Campos Ibáñez, junto con Martínez Seco en Villaverde Alto (distinta de Juan José Martínez Seco en Villaverde Bajo), figure únicamente con dos apellidos y no el nombre de la persona a quien se dedica la calle. Son los dos únicos casos del callejero de Villaverde. ¿Quién era ese Campos Ibáñez?
Un minero jienense, afiliado a la UGT, de nombre Agustín Campos Ibáñez, se alista voluntario a las milicias populares de su pueblo, La Carolina, y combate en la guerra de 1936-1939, enrolado en el Quinto Regimiento. Condenado a muerte el 6 de diciembre de 1939, es ejecutado. Tenía 39 años. A Villaverde, cuando aún no era un distrito de Madrid, llega gente de diversas provincias y con distintos oficios. Las calles Manganeso, Plata, Platino, etc. recuerdan la minería y la actividad febril del Villaverde de antaño. ¡Quién sabe si la calle Campos Ibáñez tiene algo que ver con el minero jienense!
En aquellos tiempos, Villaverde era una villa verde, que hacía honor a su nombre, con gentes que pululaban por las riberas del Manzanares, de regreso de las labores agrícolas, entonando canciones como Camino verde. Ahora cantarían Si tú te vas o alguna triste balada, entre rojas rosas y amarillas hojas de otoño, bajo las únicas estrellas del cielo.