Visitamos la A.V. La Unidad de San Cristóbal para conocer mejor la situación, problemas y fortalezas de esta zona del Distrito
ROBERTO BLANCO TOMÁS
Este mes hemos visitado la Asociación Vecinal La Unidad de San Cristóbal para “tomar el pulso” a este barrio de nuestro distrito. Allí hemos hablado con Prado, Javier y Clara, quienes nos han puesto al día de su situación, los problemas más importantes, las principales fortalezas de la zona y los proyectos que lleva adelante la asociación.
San Cristóbal de los Ángeles se construye a finales de los años cincuenta, muy ligado al proceso de industrialización del Distrito. En la década de los ochenta llega la crisis, y “Villaverde sufre la mayor reconversión industrial de toda España, en la que se destruyen más de 25.000 puestos de trabajo”, nos cuenta Prado. Coincide con la llegada de la droga: “Fueron años muy duros, de padres sin empleo, hijos enganchados, las plazas llenas de gente que no trabajaba”. En los noventa la cosa va mejorando, y a partir del cambio de siglo, con el boom de la construcción y la llegada masiva de población inmigrante, los pisos ya se vendían a precio de oro… Las familias que los adquieren, inmigrantes en un elevado porcentaje, los van a perder unos años después con la llegada de la crisis. La gran cantidad de viviendas que han quedado vacías en manos de los bancos ha tenido como consecuencia uno de los principales problemas del barrio: las ocupaciones mafiosas. “Gente que hace negocio con la miseria de los demás, algo intolerable —se indigna Clara—. Estamos hartos de denunciarlo en todas partes, y no se soluciona. Y los bancos se desentienden”.
La asociación vecinal tiene un marcado carácter reivindicativo, muy pendiente de las necesidades del barrio. En este asunto Prado nos cuenta que “Haría falta un plan de rehabilitación de vivienda, y también social. Nosotros no entendemos la rehabilitación solamente como el puro ladrillo, porque detrás de cada puerta hay una problemática. Un plan así sería también una forma de volver a generar empleo de la construcción en el barrio”. Evidentemente, una cosa así requiere de inversión, algo que escasea en San Cristóbal, como nos explica Javier: “No se puede pretender que en un barrio como éste se hagan cosas cuando no se está invirtiendo absolutamente nada… Enfrente de San Cristóbal hay un gran polígono industrial prácticamente abandonado, hay unos terrenos que durante mucho tiempo fueron militares y que están abandonados, hay proyectos de hace mucho tiempo que están ahí muertos… Así barrios como éste no acaban de salir nunca y se mantienen medio sobreviviendo, mientras se les da de vez en cuando alguna cosita para que la gente se vaya conformando”.
Sigue Prado: “Claro, en esta zona, que debería haber sido una apuesta del Ayuntamiento por la regeneración industrial, en dos años y medio de gobierno no se ha hecho nada. Para mí ha sido una decepción que no se haya elaborado una política para liderar un proceso donde las tres Administraciones juntas hubieran apostado por esta zona, pero todo son parches… Porque si decimos que no nos están haciendo nada estaríamos mintiendo: están remodelando el campo de fútbol, se va a hacer una remodelación en la Dehesa Boyal, hemos conseguido más jardineros y barrenderos… Pero hay bastantes cosas paralizadas, como los accesos al barrio: antes con la crisis y ahora con lo de Montoro siempre nos dejan para lo último. Son cosas importantes, y ves con ‘envidia’ cómo la Operación Chamartín sigue adelante, y lo nuestro, que lo que estamos pidiendo tampoco es de una cantidad de dinero tan exagerada, no sale”.
Servicios
Preguntamos cómo está el barrio en cuanto a servicios públicos. Prado nos comenta que en lo que se refiere a salud hay carencias de equipo humano. “Tenemos un centro de salud que funciona porque hay unos profesionales muy buenos, pero en algunas consultas está sobresaturado”, afirma. Clara asiente: “la infraestructura está, pero lo que hace falta es más personal… En ocasiones los vecinos se ven obligados a ir a Urgencias aunque el tema no lo merezca”. Encima la cosa parece ir a peor: “El martes pasado nos hemos enterado de que han quitado dos pediatras… Eso, en un barrio como éste, con una población juvenil e infantil importantísima, una de las mayores del Distrito Villaverde, no tiene mucho sentido”, dice Prado.
En educación, también hay tareas pendientes: “había un plan, porque nuestros colegios se construyeron en los sesenta y son más que antiguos, pero se paró. Se iban a remodelar los cuatro y solo se hizo uno… Luego, los profes son muy comprometidos, pero hay mucho eventual y mucha movilidad… En cuanto al instituto, la verdad es que funciona bien; eso sí, dentro de la problemática que hay en la educación en general y en la zona sur en particular. Y no hay Formación Profesional: este distrito solo tiene un centro de FP muy chiquitito en El Espinillo, y en un distrito de 155.000 habitantes no tiene sentido que no haya un gran centro de FP, que es una de las cosas que nosotros reivindicamos, porque no todo el mundo va a la universidad. No es algo accidental: la LOMCE es un plan que genera mano de obra barata que sale al mercado sin cualificación para trabajar en empleo precario”, repasa Prado.
Nuestros anfitriones quieren destacar la situación de los Servicios Sociales. “Falta personal: un barrio como éste, con 16.000 vecinos y mucha población mayor y desempleada, solo tiene asignadas dos trabajadoras sociales, que están desbordadas. Así no pueden hacer trabajo de campo, de seguimiento de los procesos, algo fundamental”, explica Prado. Les pregunto también por la oferta de ocio y cultura, y se sonríen: “no hay ninguna. De hecho la Junta ha cortado la única oferta de ocio que había en el Centro Municipal de Mayores de la plaza Pinazo. Aquí de ocio y cultura ya solo existe la calle”. En cuanto a deporte, los centros deportivos están bien, pero el grupo de chicos que hacían y enseñaban street workout no está operativo, ya que las barras que habían construido se les han roto. “Hemos conseguido que el Ayuntamiento lo meta dentro de la remodelación del parque, pero este tema también se va ralentizando. Es una pena, porque habían creado una escuela con más de 200 personas entrenando, todo a base de puro voluntariado”.
Proyectos
Pero aquí los vecinos pelean por su barrio, y suplen las ausencias de las Administraciones con imaginación e iniciativas. “Una de las cosas en las que tenemos puesta la esperanza es el Centro de Iniciativas Vecinales y Desarrollo —explica Javier—. Es una reivindicación que lleva quince años o más, se retoma hace dos años y medio y desde entonces estamos esperando a que el Ayuntamiento nos dé el ‘ok’ a la cesión del espacio. En la asociación llevamos a cabo varios programas, como “Adopta un jardín” o “Embellece el barrio”, en los que realizamos acciones para suplir cosas que deberían estar haciendo las Administraciones. En el CIVyD (civydsancristobal.wordpress.com) están todos estos proyectos, temas de empleo, de educación, de ocio para el barrio de todas las edades… Hay 42 proyectos en total. Pero en estos más de dos años ya nos han dado cuatro o cinco fechas que luego nunca se han concretado, y bueno… tenemos paciencia, pero estamos ya en el límite de perderla: si esto se sigue alargando no descarto algo que nunca hemos querido, que es hacer una ocupación, así que esperamos que se resuelva ya”.
Continúa Prado: “y bueno, la asociación sigue trabajando los temas de jardinería, limpieza, seguridad, ruido de los bares y todos los problemas importantes del barrio… Seguimos peleando y hacemos un llamamiento a la convivencia y a la unidad vecinal para que San Cristóbal sea cada día mejor”. Javier asiente: “yo creo que el barrio está como cualquier otro de la zona sur, con problemas y situaciones similares, lo que pasa es que aquí a lo mejor los vecinos sí que hemos puesto el dedo en la llaga en algunas ocasiones y hemos captado la atención para conseguir mejorar la situación”. Y Prado concluye: “porque la gran fortaleza de San Cristóbal son sus vecinos: es un barrio de vecinos que pelean por él”.