Después de los últimos escándalos protagonizados por la famosa red social, son muchos los que se empiezan a cuestionar su privacidad real y, con ello, su utilización.
Hay muchos expertos que llevan tiempo llamando la atención sobre la cantidad de información que la red ha estado recopilando sobre los usuarios e incluso de los no usuarios. Existen dos tipos de información en Facebook, la que los usuarios ponen en su perfil, que aunque no sea pública en parte sí tiene acceso la red social, y la que los usuarios publican voluntariamente en sus muros. Evidentemente los problemas de Facebook vienen de esos datos que recopila de sus usuarios y que puede utilizar de muchas formas.
El otro posible problema, del cual es responsable únicamente el propietario de la cuenta, es la información que sube y que es de dominio público, aunque solo se publique para amigos, pues mucha de esa información podría ser utilizada para cometer delitos como robos en las casas, usurpación de identidad, etc. Subimos alegremente fotos e información comprometedora que pueden dar al traste con trabajos y relaciones. La adicción a este tipo de redes puede ser realmente preocupante, y cada vez es más habitual ver a personas que no son capaces de prescindir de su móvil por periodos largos de tiempo, lo que repercute en su entorno social real.
Dicen que el éxito de cualquier red social se basa en el narcisismo y en la inseguridad de los seres humanos. El primero por el afán de unos de mostrarse en público y ser aplaudidos, y el segundo por el anonimato o la falta de relación directa que proporciona una red social. Ello no quiere decir que todas las personas que están en las redes sociales sean narcisistas o inseguras.
En sí la red social no es buena ni mala: es su buen o mal uso lo que nos puede dar problemas. Dejando aparte el tema de la privacidad de los datos de las cuentas, que depende en este caso de Facebook directamente lo que haga con ellos.
¿Sigues con Facebook o te has pasado a Instagram?
Carlos Gómez Cacho. Tecnólogo