El mindfulness puede considerarse una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación junto a varias técnicas de relajación. Con su práctica perseguimos ganar calidad de vida.
Podemos acudir a un centro para practicarlo e ir aprendiendo e integrándolo cada día en nuestra vida, pero también podemos incorporar algunas pautas en nuestro día a día. Aquí te propongo algunas ideas:
Mindfulness en el trabajo
— Llega al trabajo sin prisas.
— Dedica cinco minutos para situarte, respira de manera profunda y toma conciencia el aquí y ahora, de tu cuerpo, de tus posturas.
— Tómate un descanso de cinco minutos por cada 40 para respirar profundamente centrando toda tu atención al movimiento de tu respiración en tu cuerpo.
Meditar mientras caminas
Sería perfecto que cada día nos “regaláramos” media hora de paseo. Éstas serían las principales pautas:
— Empieza a caminar a paso normal. Poco a poco debes encontrar el ritmo que sea más relajante para ti.
— Es momento de centrar tu atención en algún aspecto de ese paseo: primero tu respiración, luego la sensación de tus pies cuando tocan el suelo, más tarde el viento que acaricia tu piel… Focaliza tu atención en esos aspectos de modo cíclico, primero uno y luego otro, atención plena a cada sensación, sin juicio.
Y, sobre todo, ten paciencia y no esperes resultados inmediatos: los beneficios de la práctica de mindfulness requieren tiempo y compromiso, sobre todo, contigo mismo y tu salud.
“Los sentimientos van y vienen como las nubes en un cielo ventoso. La respiración consciente es mi ancla” (Thich Nhat Hanh).
Beatriz Troyano Díaz. Coach personal y profesional