‘Es genial que alguien al que has enseñado te gane’
José Luis Martín Vázquez, más de 40 años difundiendo el ajedrez en Villaverde
José Luis Martín Vázquez lleva más de 40 años realizando una gran labor divulgativa y educativa en la difusión del ajedrez en nuestro distrito. Ya sea desde el Club de Ajedrez de Ciudad de los Ángeles, ofreciendo charlas y talleres gratuitos en bibliotecas y centros culturales o clases de este juego-deporte en colegios públicos, este vecino lleva a cabo una actividad tan bella como compartir y enseñar algo que le apasiona, encendiendo esa misma pasión en muchas de las personas que le escuchan. José Luis pertenece a la Federación Madrileña de Ajedrez, y también es árbitro internacional. “Empecé con 18 años, y ya tengo más de 60, así que fíjate ya los años que hace que estoy en esto del ajedrez”, nos comenta sonriendo.
¿Cómo empezaste?
Pues empiezas a jugar “a lo tonto”, en casa con tu abuelo, con tu padre… También jugaba con algunos amigos, y en el instituto hubo un día una clase de ajedrez, y me animé, pero luego lo dejé un poco en el aire… Después me comentaron que había clubes en Madrid, que me podía federar, y en el primer club que entré fue en el Real Madrid, que había sido campeón de España, pero yo jugaba en categorías inferiores. Allí participé tres o cuatro años, pero entonces decidieron que el ajedrez no interesaba mucho, nos echaron y formamos un club, en el que estuve diez años o así… Después vi que había un club en la Ciudad de Los Ángeles, mi barrio, y me vine aquí… Y ya te vas picando: haces el curso de monitor, luego el de árbitro, me enganché a eso de enseñar, y así fue…
¿Qué cosas has hecho en este deporte?
Dar muchas clases, organizar los juegos municipales desde el 84-85, arbitrar torneos… Y aquí fui de los fundadores del club, del que he sido presidente hasta hace un par de años, cuando ya decidí descansar un poco…
¿Cómo has visto la evolución del Distrito en términos ajedrecísticos?
Va poco a poco mejorando… Ya te digo: hay tres clubs en Villaverde. Siempre ha habido por lo menos dos, porque el de Villaverde Alto es tan antiguo como éste. Yo empecé a jugar en el 83 aquí, y llevaba un par de años funcionando. Desde entonces ha habido algún club que ha desaparecido, y hace poco ha surgido el de Los Rosales. Hay más chavales: este año en los juegos municipales hemos tenido casi 70, siendo el de mayor afluencia. Por término medio, siempre hemos andado en torno a los cuarenta y tantos, subiendo poco a poco.
La pregunta clásica: ¿es un juego o un deporte?
No se sabe [risas]… Bueno, está reconocido como deporte, y sí necesitas forma física para jugar… Estamos hablando de los grandes maestros, que dedican una o dos horas diarias al ejercicio para mantener la forma… Pero es una cosa intermedia.
¿Y qué es lo más atractivo del ajedrez?
Es un juego, entonces divierte, pero además, en el caso de los niños, ayuda. No a ser más inteligentes, que quizás es exagerar demasiado… Unamuno dijo que “el ajedrez te hace más inteligente para jugar al ajedrez” [risas]. Pero bueno, sobre todo concentración, plantearte las cosas, no actuar alocadamente… Y luego lo que sí se está estudiando es el tema del Alzheimer, ya que haces ejercicio mental, y dicen que es bueno para prevenirlo…
Imagino que para competir habrá que empezar pronto…
Sí, ahora mismo ya tienes jugadores muy fuertes de 8-10 años. También hay más facilidades. Cuando yo empecé había libros y revistas, y te enterabas de las partidas al cabo de los cuatro o cinco meses… Ahora te enteras el mismo día, pues retransmiten los torneos por internet, y toda la información la tienes en la red…
¿Se han notado las nuevas tecnologías, por ejemplo para las clases?
Sí, ayudan mucho: tú te preparas las posiciones en casa, las pones aquí en el ordenador y se las enseñas a los niños en el monitor. Puedes tener una base de datos con millones de partidas, miles de problemas y ejercicios para los chavales, y puedes enseñarles más cosas… Y luego, de cara a competir, ahora los grandes jugadores no se pueden confiar, porque cualquiera se prepara. Decía un maestro internacional que cada vez lo tienen más difícil, porque cuando juegan un torneo abierto y se enfrentan con los aficionados, “se estudian todas nuestras partidas, nuestros movimientos, y se preparan para no perder, con lo cual cada vez es más difícil ganar”.
De cara a competir, ¿cómo debe ser un jugador?
Lo primero, empezar joven. Ahora mismo, como no empieces con 8 años a jugar, no vas a llegar a ningún sitio. Y luego, mucho trabajo: jugar y jugar, estudiar, aprender… Chavales de ocho o nueve años tienen maestros internacionales, y son muchas horas de estudio… Y yo te voy a decir una cosa: cada vez que juego con un niño, le tengo más miedo que si juego con un adulto, porque los niños son “esponjas”. Se estudian una apertura y se la saben de verdad, y es que tienen memoria, y todo lo que les enseñan se lo aprenden. Se preparan y te cazan, aparte del entusiasmo y la ilusión que tienen, que es una fuerza muy poderosa… ¿Qué hacemos ante ellos los viejos? Pues hacer un juego más extraño que no se puedan saber para engañarles, porque en aperturas estamos perdidos con ellos [risas]. Hay que usar la ventaja de la experiencia, porque si te pones a calcular, un niño calcula mucho y se cansa menos que tú. Es más joven: yo a la tercera o cuarta hora de partida estoy cansado, y los niños están más frescos.
¿Algún recuerdo especial de estos años?
Yo creo que lo que más me ha marcado es que, después de tantos años, gente a la que has dado clase siga recordando el ajedrez, como Sergio, el vecino que os ha puesto en contacto conmigo. A él le di clase cuando estaba en el cole, y ahora le estoy dando clase a su hija.
En estos casos, imagino que los padres terminan jugando con sus hijos en casa…
Sí, pero a los padres les sienta muy mal perder [risas], igual que al profesor, pero luego hay un momento en que cambias y piensas: “qué bien que me ganen”. Es genial que alguien al que has enseñado termine ganándote; es señal de que has hecho una buena labor.
¿Cómo recomendarías el ajedrez a nuestros lectores?
Simplemente que jueguen. Que empiecen jugando, aunque sea mal. Nadie sabe jugar cuando empieza: ponte a jugar, te ganaran al principio muchas de las partidas, pero irás aprendiendo y cogiéndole gustillo.
¿Recomendarías algún libro, web o lugar para alguien que esté empezando?
Libros hay muchísimos. Hay unos muy antiguos, los Grau, de los años cuarenta o así, que aún tienen vigencia. Luego hay además para los niños muy buenas colecciones de ajedrez en las que se puede aprender bastante… De páginas web, está por ejemplo chess.com, que es para mayores, pero tiene también una sección de niños. Y existe en Madrid una tienda especializada solamente en ajedrez, que tiene club y escuela, y ahí te pueden recomendar también buenos libros con arreglo a tu nivel. Se llama La Casa del Ajedrez, y está en la calle de San Marcos, 41.
Redacción
