Celebradas en el Centro Cultural Santa Petronila las I Jornadas Lúdicas Villaverde – Los Rosales, atractivo muestrario de ocio alternativo que reunió a un centenar de participantes.

La imaginación es una herramienta poderosa que conviene desarrollar, pues resulta de importancia clave en la mayoría de actividades de nuestra vida cotidiana. Evidentemente, una de ellas es el ocio, cuyas posibilidades multiplica. Tanto que, por ejemplo, si añadimos la sencilla ayuda de unos dados, ello tiene como resultado una infinidad de mundos para descubrir y explorar.

Esto, grosso modo, es lo que ocurrió el sábado 17 de noviembre en el Centro Cultural Santa Petronila, donde tuvieron lugar las I Jornadas Lúdicas Villaverde – Los Rosales, auténtico muestrario de atractivas propuestas de ocio alternativo, demostrando que hay muchísimas (pero muchísimas) maneras de divertirse más allá de la tele, el móvil o la tablet (lo que no quiere decir que éstas estén mal, pero tampoco “se acaba el mundo” con ellas, y en la variedad está el gusto).

Los responsables fueron la Asociación Vecinal de Los Rosales y sus talleres KGB (de rol) y El Dado Trucado (de wargames), organizadores del evento, que nos piden que no olvidemos de su parte dar también “millones de gracias a la Escuela de Estudios Orientales Pa Kua y a la Asociación de Esgrima Tradicional Francisco de Ettenhard”, que organizaron sendas exhibiciones de sus muchas artes y destrezas para cerrar la jornada poniendo un broche de excelencia.

Aparte de las exhibiciones, en wargames se pudo disfrutar del I Torneo de Shadespire El Dado Trucado, partidas superdemo de Heroquest, una exposición estática de escenografía y pintura de figuras, partida demo de Legion, partidas de iniciación de Flames of War, de Saga y de Batman/DC y partidas libres de Warhammer 40.000, Saga, Flames of War, Legion, Batman/DC y Shadespire. En cuanto a rol, hubo partidas de Ryutama, Star Trek, Power Rangers, Nacidos de la Bruma, My Little Pony y Conan. Además se pudieron jugar y probar distintos juegos de mesa.

Como se puede ver, un amplio abanico de juegos de rol y de estrategia donde elegir, con distintos niveles y sin olvidar la iniciación, para que toda persona interesada pudiera participar independientemente de su nivel. Esta excelente planificación tuvo como resultado que el evento lograse reunir a un centenar de personas, desde gamers del Distrito y de todo Madrid (incluso alguno de otras regiones) hasta papás con sus niños para los que era una primera experiencia de acercamiento a estas lides. La organización se ha marcado como objetivo para próximas ediciones atraer a más participantes del Distrito, y desde esta redacción saludamos la idea y les animamos a ello. Buen trabajo, vecinos: enhorabuena y… ¡a por más!

Y de postre…

Si te has quedado con ganas de más, puedes pasarte el 23 de diciembre por la sede de la A.V. Los Rosales, donde tendrá lugar un torneo del juego de tablero Blood Bowl al que todo el mundo está invitado.

ROBERTO BLANCO TOMÁS

Un montaje de Trajín Teatro, en el Centro Cultural Los Rosales. 14 de diciembre, a las 19:00.

Mauthausen. La voz de mi abuelo quiere transmitir el testimonio real de un protagonista de nuestra historia reciente, a partir de los recuerdos grabados directamente por él mismo antes de morir, a los que da vida Inma González, su propia nieta.

Manuel cuenta su huida de España tras la sublevación de Franco y el periplo que le llevó recorriendo Europa hasta el campo de concentración de Mauthausen, en el que estuvo desde 1940 hasta la liberación del mismo al final de la guerra por parte del Ejército estadounidense.

Su huida a nado de La Línea de la Concepción a Gibraltar, su paso por el Ejército republicano, la dura estancia en el campo de refugiados de Argelés (Francia), cómo fue apresado por el Ejército nazi, su llegada a Mauthausen, el trabajo en las canteras, el campo de exterminio de Gusen, los partidos de fútbol, cómo sacaron los negativos de Francisco Boix del campo, la comida llena de gusanos, los piojos, el frío, el recuento, los andrajos, las muertes por agotamiento, las ejecuciones… Manuel relata con la calma y la sencillez del que ha presenciado la atrocidad. Sin alharacas. Sin dramatismos. Sin concesiones.

Pero, por encima de todo, Mauthausen. La voz de mi abuelo es un canto a la vida, a la fortaleza del ser humano, a la solidaridad y al humor como una estrategia, literalmente, de supervivencia.

NAVE 73