El sábado 16 de diciembre, a las once y media de la mañana, tendremos la ocasión de ver un espectáculo de poesía, danza y música en el auditorio del Centro Cultural Santa Petronila de Villaverde. El elenco de Música y Poesía, organizado por el escritor Alberto Blanco Rubio y presentado por Victoria Olaya Magadán, ofrece un espectáculo sensorial de literatura dirigido musicalmente y acompañado por la banda sonora de la compositora Ana Ortiz Wienken.
Los vecinos de Villaverde podrán disfrutar de un hilo poético en las voces de 21 poetas, que recitarán un pedazo de sus escritos acompañados al piano. Dentro del espectáculo brillarán también profesionales de distintas vertientes artísticas como la danza, con Ayla Sleene; y la voz, con Alessandro Brassi y Alma Simón.
El público de Villaverde estará inmerso en un torrente de magia y creatividad que no olvidarán.
Organización:Alberto Blanco Rubio.
Presentación:Victoria Olaya Magadán.
Poetas:José Perez, José Luis Labad, Susana Aguirrizábal, Annie Barbaza, Silvia Pérez Simón, Feli Moreno, Rubén Hernández González, Antonio González Sanchez, Noemi Ponton Hidalgo, Javier Casado, Ana Ortega Ramanillos, Ana María Lopez Expósito, Victoria Olaya Magadan, Sol Cerrato, Elena Tabachkova, Miriam Gracia Santamaría, David Sánchez Álvarez, Paloma Pérez del Pozo, Alberto Blanco Rubio, Shiva Castellanos.
Dirección musical/Banda sonora: Ana Ortiz Wienken.
Jeosm, fotógrafo freelance de Villaverde, ha publicado recientemente el libro ‘No soy uno de los vuestros’, una colección de imágenes en las que aparecen muchos de los nombres más importantes de las letras hispanas
No soy uno de los vuestros es un libro de almas. Cada foto de Jeosm es mucho más que un retrato. No solo se aprecia el rostro, es un viaje a la persona. Las fotografías se acompañan de textos, y los mismos generan curiosidad y proximidad. Estuvimos con Jeosm, persona entrañable, y curiosamente los recuerdos junto a él se tornan en un blanco y negro que él moldea.
El título es ya una declaración de intenciones, al menos en apariencia. ¿A quién no eres igual? ¿A los que retratas? ¿A ti? ¿A todos? Ya es un maravilloso acto de rebeldía en sí mismo…
Como bien dices, es una declaración de intenciones. No soy uno de los suyos, de los que aparecen en este libro. No lo veo tanto como un acto de rebeldía, pero sí como una premisa clara en mi trabajo, mi lenguaje y herramientas son otras. Y esa diferencia es la que me ha permitido reunir a todas las firmas que aparecen en el libro.
El libro es una delicia. Hay algo muy significativo: es heterodoxo atendiendo a los tiempos que corren. ¿Cómo lo planteaste?
Muchas gracias. El enfoque del libro es muy sencillo: mostrar varias generaciones de cronistas, con diferentes puntos de vista e ideologías.
No están todos lo que son, pero sí son todos los que están. Tenía claro que debía utilizar la libertad e independencia que me da mi trabajo para poder mostrar una mirada general, honesta y sincera del panorama literario y cultural de los últimos 30 años.
Cuando Dalí pintaba un retrato, lo primero que pintaba era el pie. ¿Tienes algún extraño ritual? ¿Cuál es la prioridad en un retrato?
Me gusta ir libre de conceptos y prejuicios a cada sesión que hago. Suelen ser trabajos muy rápidos, e intento aprovechar ese tiempo y el entorno para que juegue a mi favor. Claramente hay una intención en cada foto de este libro, pero no es tanto un ritual como sí mantener una coherencia y estética en mi trabajo, con cómo es la luz, el encuadre y el gesto que busco conseguir.
Mi prioridad siempre es que el retrato sea lo más sincero posible y muestre a la persona y no tanto al personaje.
¿Blanco y negro o color? ¿Por qué?
Siempre que puedo blanco y negro, es un lenguaje en el que me siento muy cómodo. Soy un apasionado de la fotografía clásica. El blanco y negro enseña menos, insinúa más, hace que el espectador ponga el foco en la persona.
Me gusta reivindicar la fotografía clásica, no pasa de moda. Es más, incluso a día de hoy, con tanta saturación de imágenes en las redes sociales o en la vida cotidiana, lo clásico se está convirtiendo en vanguardia.
Al final solo trato de tener una mirada y lenguaje propios y que mi trabajo envejezca con la mayor dignidad posible con el paso de los años, y en eso el blanco y negro es mi mejor aliado.
No hay dos retratos iguales, y eso es gozoso. Es curioso, porque en el libro, en tu introducción indicas que la primera vez que viste a Antonio Lucas y a Javier Marías no los conocías, y sin embargo quedó una sesión muy íntima. ¿Cómo te enfrentas a un retrato de alguien que no conoces? ¿En qué cambia de alguien que tengas cerca?
No hay dos retratos iguales porque no hay dos personas iguales.
Lo principal en mi metodología de trabajo es no “invadir” a la persona que voy a retratar, hacer que se sienta cómoda, generar confianza. No imponer la foto que quiero hacer, sino llegar a ese acuerdo de que estemos los dos cómodos para que hagamos la mejor foto posible y conseguir un gesto sincero.
Si ya conozco a la persona, suele ser más ágil, pero siempre intento que esto no influya en el resultado final del retrato.
Las fotos cuentan historias, y en este caso hay muchas. Desde librerías a sofás, a miradas que interrogan como la de Andrés Aberasturi o a expresiones que despiertan una sonrisa. Me gustaría insistir en ese cómo articulas la historia que el espectador/lector disfruta al introducirse en el libro.
Intento utilizar a mi favor el entorno, como bien dices, enlibrerías, sus casas, o el lugar donde esté hecha la foto. Me gusta mucho darle importancia a los pequeños detalles, ya que creo que suman al encuadre y a la historia o biografía de lapersona. Lo más importante es que reconozcas a la persona que hay en la página, pero que a la vez la veas humana. Siempre intento que las fotos cuenten algo y generen un proceso de empatía con el espectador, y tanto el entorno como el gesto me ayudan a ello.
¿Tienes algún retrato preferido o que te haya marcado?
Hay muchos en este libro. Me han marcado los de las personas que ya no están entre nosotros, como Javier Marías, Almudena Grandes, Antonio Escohotado, David Gistau… porque te hace ver la importancia y el gran valor documental de la fotografía. De alguna manera se les sigue manteniendo vivos y su recuerdo forma parte de nosotros.
Algunas de mis fotos preferidas de este libro son las que salen acompañados de sus animales: me gusta mucho ver la relación que tienen, cómo interactúan con ellos, y me ayuda mucho a humanizar al retratado.
Muchas gracias, maestro de la luz o de su ausencia. Nos veremos en una clase de muay thai o tomando ese vino pendiente.
MÁS INFORMACIÓN
El libro se puede adquirir en cualquier librería a partir del 13 de diciembre o desde hoy en la página web de la editorial Círculo de Tiza
En el artículo de este mes iba a “dar caña” (otra vez), pero como estamos a las puertas de la Navidad, hablaré de algo más amoroso y nada baladí: la sonrisa. Es evidente que hay sonrisas y sonrisas. Por supuesto no incluyo en estas líneas la sonrisa sardónica, esa mueca de medio lado, en la que la boca dice una cosa y los ojos lo contrario. Básicamente se están riendo del otro y pensando mal.
Me refiero a esa sonrisa acogedora, amplia, limpia, que suaviza todo encontronazo y que predispone al otro positivamente. Prueben y verán que, si sonríen sinceramente, no podrán chillar o enfadarse. Haciendo referencia a mi anterior artículo, implicamos, acogemos, respetamos, cuando sonreímos al prójimo.
En la escuela los niños se tranquilizan si les sonríes; en las residencias de ancianos, si los cuidadores sonríen, los ancianos también se sienten mucho mejor. Pero no hace falta pertenecer a este grupo de personas vulnerables para experimentar el beneficioso efecto de la sonrisa, tanto para el que la percibe como para el que la esboza.
Les confieso que he ido tanteando los comercios y tiendas del barrio desde que vine a vivir a Villaverde, y desde luego voy a las tiendas en las que cuando entro saludando (educación y buenas maneras ante todo) me responden al saludo y, sobre todo, me sonríen. Cierto es que puede ser algo forzado, porque su interés es vender, pero al menos se esfuerzan en parecer acogedores.
Me gusta sonreír, me hace sentir mejor, y les aseguro que hay momentos y días que no me sale mucho, debido a mi estado de salud, con dolores múltiples. Pero Dios sabe que lo intento. Cuando te sientes bien, agradeces la sonrisa; pero cuando estás mal, en mayor medida.
Cuesta poco, es gratuita, y en un mundo crispado como el nuestro ayuda y en ocasiones extraña verla en otros. Alguien me dijo, no hace mucho, de otra persona: “me encanta su sonrisa”. Es frecuente que las personas se vean mejor, más atractivas, sonriendo, en ocasiones mucho más, aunque salgan arrugas. Éstas son reflejo de haber vivido, y si es por sonreír, de haber vivido bien. No hay que estar libre de problemas. Nadie lo está.
Como en los cuadros, la sonrisa ilumina el rostro, igual que la luna hace que los paisajes inhóspitos se vuelvan bellos y resplandezcan. Hay dos cuadros en concreto en los que se cumple: Calle de Nueva York con luna de GeorgiaO´Keeffe y Fábrica a la luz de la luna de Maximiliano Luce.
Así que, como propósito de Navidad y de nuevo año, sonreír más, para mejorar nuestro estado de salud y el del prójimo; aunque por supuesto “elefthería”, es decir, libertad (en griego). ¡Felices fiestas navideñas!
En tu rostro amigo, los labios extendidos, una muestra de luz, un resquicio de luna llena.
En tu boca amiga, el dolor se destierra cuando la sonrisa esbozas y tu mueca es hermosa.
Luna blanca en tu rostro, brillo en la mirada; ¡cómo decirte lo que siento, la paz me invade!
La guerra queda lejos, te prefiero sonrisa, las almas se entrelazan, en ese paréntesis de… cielo.
La Escuela Municipal de Fútbol Femenino de la A.D. Villaverde Bajo ofrece a las jóvenes del barrio la posibilidad de practicar, aprender y disfrutar este deporte
El fútbol femenino vive en nuestro país una época de auge, del que el triunfo de la selección nacional en el Mundial de este año ha sido a la vez resultado y multiplicador. Para comprobar que esto es así también en el Distrito, me he acercado una tarde por la Instalación Deportiva Municipal Básica Victoria Hernández (llamada así en homenaje a la primera jugadora española de fútbol profesional, nacida en Villaverde), donde entrena la Escuela Municipal de Fútbol Femenino de la Agrupación Deportiva Villaverde Bajo, para ver in situ el ambiente y el funcionamiento de una escuela femenina, auténtico “vivero de jugadoras” que inician aquí su aprendizaje “en serio” y que estoy seguro de que brindarán en el futuro muchas alegrías a la afición futbolística de Villaverde.
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Es lunes, hoy está aquí el equipo juvenil, y Ana Engonga, su entrenadora y pionera de esta iniciativa, me explica cómo fueron los inicios. El año pasado la A.D. Villaverde Bajo le propuso este proyecto, una escuela femenina, con el objetivo de promover el fútbol entre las chicas, dar visibilidad al fútbol femenino y ofrecer a las vecinas más jóvenes la posibilidad de practicar, aprender y disfrutar este deporte. Ella aceptó encantada, y se puso manos a la obra. “Al principio eran muy pocas niñas —recuerda—, venían a lo mejor cuatro o cinco… Pero ya en junio empezaron a llegar muchas más, y al final nos dio para hacer dos equipos. El año pasado estuvimos entrenando sin competir: solo venir aquí cuatro días a la semana para que se divirtieran ellas. Pasado un tiempo, buscamos un partido amistoso para probarlas un poco, y comprobamos que la cosa iba bien”.
“En aquella etapa estaban todas mezcladas —continúa Ana—: desde niñas de 6 años hasta chavalas de 17, lo que resultaba algo caótico, pero la idea era reunirlas a todas y ver qué se podía hacer. Terminamos el año formando dos equipos: el cadete y el juvenil, aunque en el juvenil hay algunas cadetes y en el cadete algunas infantiles. Con esos dos equipos hemos empezado esta temporada”. Según me explica la entrenadora, el año pasado había entre 40 y 50 chicas, pero no se quedaron todas y no pudieron hacer equipo con las más pequeñas, al ser muy poquitas. “Ahora mismo en el Juvenil tenemos 17 chicas, y creo que en el cadete son 13 o 14”. Pregunto a Ana cómo se les están dando las competiciones: “Bueno —me responde—, como acaban de empezar es un poco complicado, porque jugamos contra equipos que ya tienen más experiencia, pero ellas salen siempre contentas de los partidos. Lo más bonito que tienen es que esto les gusta: les gusta venir a entrenar, les gusta ir a los partidos a pesar de los resultados y se lo pasan bien”.
El equipo juvenil de la escuela femenina de la A.D. Villaverde Bajo, posando para la foto y en uno de sus entrenamientos.
‘Es muy divertido’
Hablo con algunas de estas jóvenes futbolistas. Sandra me cuenta que es el número 4 y que normalmente juega de delantera. “Mi deporte era el balonmano —aclara—, pero lo tuve que dejar por una lesión, y vi el fútbol como otra opción para hacer ejercicio. Vine aquí, probé y me gustó: es muy divertido. Además he conocido a gente que no conocía, y son muy majas todas”. Silvia es delantera central, pero inmediatamente aclara: “aunque juego de todo, soy multiusos”. El fútbol le ha gustado “desde siempre, desde pequeña. Yo lo jugaba en el parque, y luego estuve en un equipo y me fui. Ahora he empezado aquí este año y la experiencia va muy bien”. Le pregunto por la posibilidad de ser futbolista profesional: “¡Es que es muy difícil! Hay chicas muy buenas, y claro… Pero ojalá, a mí me gustaría dedicarme a esto, aunque sé que es un hobby”. Confiesa que es del Real Madrid, y que tiene muchas ídolas, entre las que destaca Carla Camacho. Concluye con un mensaje para el barrio: “¡Viva el Villaverde Bajo! ¡Y apuntaos todas a jugar al fútbol!”.
Raquel es lateral derecho: “De pequeña jugaba con mis amigos, pero como apenas había equipos femeninos cerca y los que había ya tenían nivel, nunca me animé a apuntarme. Pero me salió esta oportunidad, y aquí estoy, éste es mi primer año. Se pasa muy bien, es muy divertido y merece mucho la pena. En esta escuela aprendes un montón”. Le pregunto también por la posibilidad de dedicarse al fútbol profesionalmente, y me contesta: “Hombre, dedicarme como tal yo no lo veo, porque creo que es muy difícil, pero como hobby quiero mantenerlo: seguiré jugando hasta que ya me echen [risas]”.
Nadia es la portera de los dos equipos, el cadete y el juvenil. “Soy la mejor que hay, porque soy la única. Única e inigualable portera”, ríe. “Siempre me ha gustado ver el fútbol, pero hace poco me apunté y llevo como dos meses o tres. Me ha encantado, estoy aprendiendo mucho: me ayudan mucho mis entrenadores y mis compañeras”, me cuenta. También anima a las chavalas que lean esto: “Que se vengan para el Villaverde Bajo, y que si tienen un sueño, que vayan a por ello y lo cumplan”.
Elisa ocupa la posición de medio centro: “Jugaba de pequeña de vez en cuando… Y hace un año me empezó a interesar ya hacer algo más. Estoy aprendiendo mucho, noto avances: antes daba con la puntera y ya lo hago mejor”. Zaira es delantera, y me dice que le ha gustado siempre el fútbol: “Siempre he jugado en el colegio con mis amigos, pero ahora que ha salido este equipo he decidido meterme. Llevo desde septiembre, y noto que mejoro en la forma de tirar, de defender… he aprendido cosas que no sabía antes. Por ahora es un hobby, no lo veo para dedicarme en un futuro, pero si se puede, pues adelante”. A las chicas del barrio les aconseja “que se metan al fútbol si les gusta, que es un deporte muy bueno y en este equipo nos lo pasamos muy bien, porque todas estamos muy unidas y nos queremos mucho”.
Javi (segundo entrenador) y Ana (entrenadora).
Ilusión y ganas
Como pueden ver, aquí la ilusión y las ganas son característica común y abundante. Con esta materia prima, el proyecto solo puede ir a más. De todos modos, pregunto a la entrenadora si tienen alguna necesidad cuya satisfacción pudiera potenciar el rendimiento, y asiente: “bueno, nosotras jugamos al fútbol 11 y estamos entrenando en un campo de fútbol 7. Nos gustaría tener un poco más de espacio, porque se acostumbran a unas dimensiones pequeñas y luego los partidos los jugamos en el Félix Rubio, que es un campo enorme, y eso se nota mucho. Por lo demás, nos sentimos muy respaldadas por el club y estamos muy contentas”.
Llega ya la hora de despedirnos. Ana concluye: “De cara al final de temporada nos gustaría que las chicas formaran, más que un equipo, una familia. Que estén tan a gusto que quieran decirles a sus amigas: ‘Oye, apúntate, que yo me lo paso muy bien’. Y que se una más gente, que se lo pasen bien y que al año siguiente tengan ganas de seguir”. Y por supuesto, poder hacer más equipos. “Ojalá tener un equipo como mínimo por cada categoría”, sueña la entrenadora.
Así que hacemos un llamamiento a las chicas del barrio, y también a los lectores que tengan hijas, nietas o sobrinas, que se animen a pasarse una tarde de entrenamiento por la IDB Victoria Hernández, pues las van a tratar estupendamente y se lo van a pasar genial. “Que prueben, que a lo mejor descubren algo que no sabían que les iba a gustar tanto y a dárseles tan bien, y se lo estaban perdiendo”, invita Ana.
Si quieres apuntarte…
La Escuela Municipal de Fútbol Femenino de la A.D. Villaverde Bajo entrena en la Instalación Deportiva Municipal Básica Victoria Hernández (El Espinillo II). La categoría cadete infantil lo hace los martes y los jueves de 17:30 a 18:30, y la categoría juvenil entrena los lunes y los miércoles a la misma hora. La forma de apuntarse es pasándose directamente por uno de los entrenamientos, o contactando a través del teléfono 648 643 068.
La autora de esta novela, Carmen Martínez Pineda, ha sido vecina de Villaverde e impartido clases en el Distrito
Mañana jueves, 14 de diciembre, a las 18:30, tendrá lugar la presentación de la novela Barro en los ojos, de Carmen Martínez Pineda, en la Biblioteca Javier Lapeña (Pinto). La autora, que ha sido vecina de Villaverde, donde ha impartido clases y colaborado con nuestro compañero Iván Cerdán en los textos de varias representaciones teatrales en el Distrito, cuenta ya con varias obras publicadas por editoriales comerciales y reconocimientos en distintos certámenes nacionales e internacionales de novela.
Barro en los ojos nos cuenta la historia de Alicia Balaguer, una alumna de Bachillerato con altas capacidades, sociable, leal y obediente. Aunque solo en apariencia. Unas semanas después de su desaparición, la policía encuentra su cuerpo semienterrado en la ribera del río Guadarrama. La investigación para averiguar quién la mató planteará serias dudas respecto a su vida y a la de las personas con las que se relacionaba. ¿Era realmente Alicia tan modélica como su entorno pretende hacer creer? La respuesta, en esta novela inquietante, transgresora y muy oscura.
Nacida en Murcia en 1976, Carmen Martínez Pineda reside en Madrid, donde ejerce como profesora de Lengua Castellana y Literatura. Ha trabajado para El País y La Verdad. Es licenciada en Periodismo y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y doctora en Historia de la Comunicación Social con una tesis sobre la censura de prensa en la II República, publicada con el título Libertad secuestrada (Última Línea Editorial, 2018).
Ha publicado las novelas Barro en los ojos (Versátil, 2023); Hijos del Pecado (Raspabook, 2021), seleccionada dentro del programa internacional New Spanish Books 2022; El aval (Última Línea. 2019), Las aristas del tiempo (Selecta, 2016) y Confesiones sexuales de Madame Forner (Nostrum, 2008).
Ha resultado finalista en numerosos certámenes de novela, como la XVI y XVII Bienal Internacional José Eustasio Rivera, el Certamen Internacional de Novela Ciudad de Badajoz, el Premio de Novela Iberoamericana Verbum, el VI Certamen de Novela Negra Auguste Dupin, con la novela inédita Lo que queda después, o el III Certamen “Martín Fierro” de Denuncia, con la novela Barro en los ojos. En la actualidad compagina su trabajo como docente con la escritura.
Navidad está cerca! Las calles visten trajes de luces y guirnaldas. Comienzan a decorarse comercios, colegios, centros culturales… y también adornamos nuestras casas.
Tan sólo falta poner la música para que todo esté a punto en estas fechas tan señaladas. Por eso, te invitamos a participar en un taller de villancicos en inglés que se realizará el 22 de diciembre, a partir de las 17.30 h., en el local de la asociación vecinal La Incolora.
Las plazas son limitadas, así que apúntate, por WhatsApp, cuánto antes. Tel. 628 68 06 27
Para niños y niñas a partir de los 7 años, cada uno/a de los participantes deberá estar acompañado de, al menos, un adulto durante el transcurso del taller.