Con el archivo definitivo de todas las causas abiertas judicialmente contra los titiriteros Alfonso Lázaro y Raúl García, “Títeres desde abajo” vuelven a Tetuán para proseguir con sus actuaciones y ahora también para visibilizar otros casos como el suyo. Charlamos con el primero antes de la presentación del disco “Música desde abajo”, en La Enredadera.
¿Qué recuerda de lo sucedido hace un año?
El 5 de febrero estábamos trabajando en el Carnaval y, a mitad de la obra, nos detuvo la Policía Nacional. Luego nos encarcelaron cinco días por presuntos delitos de enaltecimiento del terrorismo e incitación al odio. Nos denunció de oficio la fiscalía, y se sumaron como acusación popular la Asociación de Víctimas del Terrorismo y Dignidad y Justicia. También el Ayuntamiento de Madrid, por contenido inapropiado de la obra.
¿Era adecuada la obra? ¿También para niños?
Los títeres de cachiporra tienen un trasfondo contra el poder, surgen para reírse de personajes con los que el pueblo se sentía oprimido: el policía, el juez, el cura… siempre han tenido este carácter. El Carnaval de Madrid en 2016 estaba dedicado al bufón como figura transgresora, por lo que tenía todo el sentido desde esa perspectiva. No es una obra destinada ni pensada para un público infantil, aunque los títeres de cachiporra sí pueden ser disfrutados por este tipo de público. Es responsabilidad de los padres el permitir que sus hijos vean esas obras o no.
Ha sido un año complicado para vosotros…
Fue una situación difícil que se alargó todo un año, así que se prolongó el dolor y el sufrimiento. La Justicia es un elemento que defiende al poder y al Estado, se ve en cómo defiende a banqueros, políticos… En nuestro caso no ha sido menos, tanto mediática como judicialmente. Para entenderlo mejor hay que tener en cuenta el contexto. El país estaba en situación de pactos, creación del gobierno, de que repitieran elecciones… Esto fue usado para atacar al Ayuntamiento de Madrid, que nos atacó a nosotros para no perder votos. La Justicia, la política y muchos medios fueron de la mano. Ha quedado bastante claro para mucha gente que la Justicia no es independiente.
Todo esto también fue un varapalo para Tetuán.
Pues sí. La obra era de las primeras programadas, y nuestra detención ensombreció el resto de la festividad, repercutió y afectó a las demás actuaciones, grupos y actividades que se iban a hacer en Tetuán.
Tetuán 30 días