La piel no es solo una capa protectora: constituye el órgano más extendido de todo nuestro organismo. Recubre todo nuestro cuerpo, regula la temperatura corporal, percibe estímulos dolorosos y de placer, nos protege de los efectos perjudiciales del sol. Consta de varias capas y estructuras que la conforman. La piel tiende a sufrir ligeros cambios a lo largo de la vida: conforme avanza la edad sus capas se vuelven más delgadas y la irrigación sanguínea más débil; se seca más fácilmente, se vuelve más frágil y las lesiones curan más lentamente.
La psoriasis es una enfermedad de la piel, de evolución crónica (duradera para el resto de la vida) y recurrente (su aparición tiene lugar habitualmente en “brotes”, fases en las que empeora los síntomas y otros periodos en los que mejora), que se reconoce por placas rojizas en la piel, que suelen presentar descamación y ser algo molestas a veces por síntomas de picor.
Las lesiones se extienden más frecuentemente en cuero cabelludo, codos, tronco, espalda; y en pliegues anatómicos. Se desconoce con exactitud la causa de este crecimiento celular, pero se estima que debe de tener un componente inmune, es decir, una reacción de respuesta celular de nuestra propia piel frente a distintos componentes de nuestro propio organismo con los que interacciona.
La descamación se produce por un crecimiento y producción anormalmente elevada de células cutáneas (las células que conforman la piel). Es una enfermedad frecuente, que habitualmente se inicia en la juventud, pero puede aparecer a cualquier edad. Puede reconocerse por comenzar como una o varias placas que se vuelven muy escamosas, y pueden ser de pequeño tamaño o en ocasiones abarcando grandes extensiones. A menudo, el aspecto de la piel puede parecer desagradable, pero suele ser limitada y no es contagiosa.
La presentación clínica en forma de placas puede ser reconocida fácilmente por los médicos, por lo que no son necesarias otras pruebas diagnósticas. Sin embargo, al inicio puede ser de diagnóstico incierto porque otras enfermedades pueden cursar con síntomas similares. En caso de duda, para confirmar el diagnóstico en algunas ocasiones el médico puede tomar una biopsia (punción de la piel para analizarla al microscopio). El tratamiento con cremas de corticoides tópicos suele funcionar con muy buenos resultados. En otras ocasiones, cuando la extensión es muy avanzada o la enfermedad se agrava intensamente, conviene una evaluación más especializada para otros tratamientos más agresivos.
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero