Imagínese que todos los coches que hoy tienen prohibido acceder al área de bajas emisiones Madrid Central se transforman, por arte de magia (y subvenciones) en vehículos con etiqueta ECO o Cero Emisiones, es decir, en eléctricos o híbridos.
Sin duda, sería un avance extraordinario en la batalla contra el dióxido de nitrógeno, el peligroso contaminante que procede, en su mayor porcentaje, de los vehículos a motor.
Pero, ¿qué sucedería con la movilidad de la población? Si esa transformación del parque móvil, que puede llegar mucho antes de lo que pensamos, no va a acompañada de medidas que disuadan del uso del coche, este seguirá siendo el protagonista indiscutible de nuestras calles, en detrimento de las y los viandantes y residentes.
Por ello, en la Semana Europea de la Movilidad, la FRAVM vuelve a defender una receta añeja: más y mejor transporte colectivo público (y de calidad), más espacio para el peatón y menos para el coche.
Ya es hora de corregir el modelo de movilidad enormemente congestivo que impera en la comunidad autónoma, un modelo que, al poner en el centro al vehículo privado, necesita vastísimas extensiones de terreno para las infraestructuras de transporte.
No en vano, ha de soportar un volumen insostenible de viajes particulares obligados diarios, muchos de ellos de media y larga distancia, lo que provoca las grandes aglomeraciones y atascos tan característicos de nuestra región.
Ya es hora de cambiar este modelo y de poner al vecino en el centro de las políticas urbanísticas y de movilidad, dando prioridad a las intervenciones que faciliten los desplazamientos seguros a pie o en bicicleta y sirvan para desarrollar una red de transporte público eficiente, sostenible y asequible, que llegue a todos los barrios y municipios de la comunidad.
El documento Propuestas de la FRAVM sobre movilidad y transportes en la Comunidad de Madrid recoge la postura de la organización sobre esta cuestión, así como un análisis de la situación de la movilidad en la CAM.
Demandas vecinales y conflictos activos
La federación vecinal ha querido aprovechar esta semana especial para recordar otros conflictos y demandas vecinales en materia de movilidad activos en nuestros días [por cuestiones de espacio, reproducimos solo los de nuestro distrito o los generales que pueden afectarle]:
– Zonas de Aparcamiento Vecinal. Son una solución defendida por las asociaciones vecinales de algunos barrios fronterizos de la almendra central que a diario soportan una enorme presión de vehículos privados de no residentes (“efecto borde”).
– Habilitación de carriles Bus-Vao en todas las entradas a la capital. Una vieja demanda vecinal que requiere del impulso decidido de las tres Administraciones.
– Plataforma logística de Villaverde. En estos momentos, la constructora Pavasal construye en Villaverde la planta logística más grande de la capital, PALM-40. El vecindario teme que su actividad genere graves problemas de contaminación atmosférica y acústica y de movilidad en el entorno.
– Avenida de los Rosales (Butarque). Construcción de una rotonda en la confluencia de esta avenida con la calle de Hulla, una reivindicación mil veces repetida que serviría para evitar buena parte de los accidentes que cada año se producen en esa vía por exceso de velocidad.
– Infraestructura ciclista segura. Es necesario ampliar la red de carriles bici y aparcabicis en toda la capital y los grandes municipios de la región, y extender el servicio de Bicimad a todos los distritos de Madrid.